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Cerro del Muerto, el eterno vigía

Fotografía: Eduardo M. Escamilla

Su imponente silueta nos brinda atardeceres majestuosos, marcados por tonalidades intensas que se reflejan a capricho de los rayos del sol: es el Cerro del Muerto, emblema de Aguascalientes y símbolo de identidad para todos los que habitamos esta tierra. 

Hace once años, el 26 de mayo de 2008, fue declarado Área Natural Protegida, además de que recibió la distinción de Monumento Natural, dada la importancia que tiene para el estado por la flora y fauna que posee, y por el elemento paisajístico que lo distingue a nivel nacional e internacional. 

Se ubica a 11 kilómetros al poniente del centro histórico de la capital está asentado en los municipios de Aguascalientes y Jesús María. Tiene una superficie de 5,862.064 hectáreas y una altura aproximada, en su punto más elevado, de 2,400 metros. 

De acuerdo con datos de la Secretaría de Sustentabilidad, Medio Ambiente y Agua del Estado (SSMAA), en el Cerro del Muerto conviven hasta 181 variedades de plantas y 141 especies de vertebrados; en general, y a pesar de los incendios que anualmente se registran –unos más devastadores que otros-, se trata de un sitio que se encuentra en buen estado, aunque es preciso incrementar las acciones para su adecuada conservación. 

Propiedad privada 

Pese a que pudiera inferirse lo contrario, este monumento natural tiene dueño. El biólogo Héctor Javier Cruz Gutiérrez, jefe del departamento de Áreas Naturales de la SSMAA, explica que el 73 por ciento de esta área natural protegida es propiedad privada, mientras que el 27 por ciento restante es propiedad ejidal; por lo que previo a la declaratoria emitida por la autoridad estatal, se realizó una labor de convencimiento para que los propietarios accedieran a conservarla no solamente por su geomorfología, sino también por la biodiversidad y los beneficios ambientales que brinda a la entidad, entre los cuales destaca la regulación del clima. 

“Hay un Programa de Manejo en el cual se especifica qué se puede y no hacer [] no está permitido hacer obras dentro del área natural protegida; ninguna construcción ni caminos. Lo que hay es para mantenerlo [] es un área para conservación del ecosistema”, puntualiza. 

En este sentido, y debido a que el decreto mediante el cual se declaró al Cerro del Muerto como Área Natural Protegida establece que la SSMAA es la responsable de su administración, desarrollo, conservación y vigilancia, la dependencia estatal dispone de guardabosques que laboran en el lugar las 24 horas, los 365 días del año. 

“Están al pendiente de los visitantes: les pedimos que no extraigan vegetación, animales; que no hagan fogatas; que si fuman no lo hagan en la parte alta; que no tiren basura. Están monitoreando el área y si detectan una fuente de calor, de inmediato dan aviso. 

Las principales actividades productivas que se realizan en el Cerro del Muerto son la ganadería extensiva, el turismo de naturaleza y recreación; el Picacho es el principal punto de atracción de paseantes, ya que desde su parte más alta se tiene una vista panorámica del Valle de Aguascalientes. 

Los fines de semana es cuando más se registran visitantes; llegan a contabilizarse hasta 3,000. La mayoría realiza actividades deportivas y de recreación, aunque en realidad son pocos los espacios para uso público y no existe un plan de turismo o esparcimiento –según consigna el propio Programa de Manejo-, por lo cual no existe control en el desarrollo de dichas actividades y, en consecuencia, hay un impacto a los ecosistemas del sitio. 

En el Área Natural Protegida no existen asentamientos humanos, pero en su zona de influencia hay un desarrollo urbano de consideración, específicamente en el Picacho, y aunque la densidad poblacional en ese espacio es baja debido a la compleja tipografía del lugar, se tiene un riesgo potencial de que sea invadida por casas de campo o cabañas. 

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