México se ha consolidado como un hub estratégico para centros de datos en América Latina, atrayendo inversiones por más de 9 mil 192 millones de dólares. En esta tendencia, Nuevo León destaca como una de las entidades líderes, debido a su cercanía con Estados Unidos, su infraestructura industrial avanzada y un entorno favorable para el desarrollo tecnológico.
¿Qué impacto tienen los centros de datos en el agua?
Empresas como Ascenty, DCD, Equinix y Layer 9 han apostado por el estado como punto clave para sus operaciones. Esta concentración de proyectos ha generado un impacto económico directo mediante la creación de empleos, la atracción de talento y el fortalecimiento de servicios digitales.
Sin embargo, también ha traído consigo preocupaciones sobre el impacto ambiental, especialmente por el uso intensivo de recursos como el agua.
Aunque los centros de datos son esenciales para el ecosistema digital global, su operación requiere enormes cantidades de energía y agua, especialmente para la refrigeración de servidores. En Nuevo León, esta situación genera inquietud ante un contexto de estrés hídrico.
El estado enfrenta una disponibilidad limitada de agua, con zonas donde la disputa entre industria, agricultura y consumo humano se intensifica. La instalación acelerada de centros de datos ha elevado la presión sobre el recurso, lo que obliga a replantear su viabilidad a largo plazo.
De acuerdo con expertos, la infraestructura digital debe adaptarse a condiciones de resiliencia hídrica, integrando soluciones sostenibles que aseguren un equilibrio entre desarrollo económico y cuidado ambiental.
Te puede interesar:
¿Qué oportunidades laborales ofrece?
Además del impacto ecológico, el crecimiento de estos centros también genera expectativas económicas. Por ejemplo, el salario promedio de un Ingeniero de Redes en Nuevo León alcanza los $31 mil 500 pesos mensuales, lo que representa una oportunidad significativa para profesionales del sector.
No obstante, este desarrollo tecnológico debe ir acompañado de políticas públicas integrales que aseguren un reparto justo de los beneficios. Así como que garanticen el acceso equitativo al agua y demás recursos esenciales para la población.
¿Es posible crecer sin comprometer la sustentabilidad?
México, y especialmente Nuevo León, enfrentan una disyuntiva, continuar atrayendo inversión tecnológica de alto impacto o rediseñar el modelo actual para asegurar que sea socioambientalmente viable.
La pregunta no es si México debe recibir más centros de datos, sino cómo lograr que estas instalaciones sean social y ambientalmente viables.
En ese sentido, urge definir estrategias que fomenten el uso eficiente del agua, adopten tecnologías limpias y fomenten la transparencia en los planes de expansión industrial.
Finalmente, Nuevo León se encuentra en una posición privilegiada dentro del ecosistema digital de América Latina, pero también enfrenta una gran responsabilidad. El reto será diseñar un modelo de crecimiento que no agote sus recursos naturales, sino que los conserve para las futuras generaciones. La innovación, en este caso, no solo debe ser tecnológica, sino también ambiental y social.
Te puede interesar:
Expansión de IA requiere fuentes de energía para mantener crecimiento económico: FMI