María José Valdez Martínez
Cofundadora 02X y Venture Studio México
¿Alguna vez te encontraste buscando resolver un problema sin obtener una solución por horas, pero cuando otra persona te ayudó a analizar la dificultad, en un minuto te dio una resolución lógica? A esto podemos llamarle ‘ceguera de taller’, la cual es creada al estar envuelto en lo mismo: terminas por verlo todo como normal, cotidiano o armónico, lo que hace que pierdas de vista tanto riesgos como oportunidades.
Suele pasar, por ejemplo, en el hogar: un día estás cómodo y recibes una visita, quien nota que la iluminación es muy baja, que hay un cierto aroma o que se pueden reacomodar los muebles para tener más espacio; tú no ves esto porque estás ahí todos los días, en la comodidad “más óptima”.
También en las empresas es muy común que suceda. Se cree que todos los procesos y sistemas funcionan correctamente y aunque esto pueda ser verdad, es en ese momento de tranquilidad en el que más vale la pena cuestionar el modelo de negocios o las operaciones.
Para un CEO puede resultar perfecto su sistema, pero un observador ajeno a la compañía notará lo que puede mejorar debido a la frescura de sus ojos. Se debe perder un poco la arrogancia de creer que no se necesita de alguien más para manejar la organización, ya que siempre habrá algo imposible de detectar por uno mismo.
La solución a la ceguera de taller es escuchar opiniones externas cada que se pueda:
- Empleados de reciente ingreso. Nunca se debe dejar de presentar la empresa a los nuevos integrantes y pedirles retroalimentación de la misma. ¿Qué es lo que ven en cuanto a áreas de oportunidad?
- Clientes y proveedores. Pedir constantemente su opinión ayudará a mejorar el negocio y a obtener su fidelidad.
- Consultores externos. Se puede acudir a uno que detecte los puntos más débiles para fortalecerlos.
- Escaladoras de negocios. Estas organizaciones acercan diferentes expertise a las empresas y buscan evitar la ceguera de taller, por medio de consejos consultivos y mentorías especializadas.
- Consejo de administración. Cuando se llega a esta etapa, se tiene la ventaja de escuchar opiniones de quienes tienen el compromiso de detectar áreas de mejora, aunque no pasen todo su tiempo en la compañía.
Un punto importante es saber que las opiniones obtenidas serán filtradas por el dueño del negocio, quien es el único que conoce por completo la firma y tiene la experiencia de elegir aquello que lo lleve por el camino deseado.
El hecho de pedir opiniones no significa que los directores estén haciendo un mal trabajo o duden del mismo; y es que cualquier perspectiva externa puede sumar valor si se tiene la humildad de pedirla correctamente. Una persona ajena a la empresa siempre tendrá una mirada fresca, sin compromiso alguno, lo cual abrirá nuevas oportunidades y aportará crecimiento continuo.