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Elecciones en Estados Unidos: ¿Y si gana Trump?

Las de Estados Unidos, son la segundas elecciones más importantes para México.

“Si Donald Trump llegara al poder, por primera vez en 90 años una persona abiertamente hostil estaría en la Casa Blanca”. Así de contundente se muestra Soren de Velasco, presidente del Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, ante la posibilidad de que el polémico candidato republicano, el cual no se ha caracterizado precisamente por su aprecio a los mexicanos, venza a Hillary Clinton en las elecciones este 8 de noviembre.

Como bien explica De Velasco, no es descabellado pensar en un México y EUA enfrentados. Ya ocurrió en 1926, con el presidente Calvin Coolidge al frente del país vecino. “Hubo mucha tensión entre ambos territorios […] Incluso se planteaba una invasión para quedarse con Tamaulipas y Veracruz, lo que el gobierno mexicano contrarrestaría al dinamitar los pozos petroleros”, detalla. Obviamente, no vislumbra que se volviera a presentar una situación similar en la actualidad, pero sí cree que México debería preocuparse o al menos estar preparado.

Para él, el ejemplo sirve para ilustrar que, aunque vecinos, ambas naciones no han sido siempre “amigas”. De hecho, las autoridades mexicanas ya movieron ficha al nombrar a un embajador, Carlos Manuel Sada, gran conocedor de EUA y sus comunidades latinas. “Sin alarmismo y sin hipérbole, las élites, la política y el pueblo de México se deben preparar para tener a un sujeto abiertamente hostil en la Casa Blanca”, reitera el experto en relaciones internacionales.

Trump: nubarrones a la vista

El efecto Donald Trump sobre México no es un nubarrón lejano al que temer; las (nefastas) consecuencias de la animadversión del republicano por el país ya se han dejado notar. El caso más flagrante es su inexplicable visita a territorio mexicano, que tuvo como consecuencia la renuncia del ya exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, artífice del encuentro, no sin antes hacer mella en la ya de por sí desgastada imagen del gobierno.

Y eso solo en el ámbito político. Si nos adentramos al terreno económico, los nubarrones se convierten directamente en tormenta. Solo hay que fijarse en la evolución del precio del dólar y la devaluación del peso, lo cual ha estado marcado por las encuestas de popularidad del magnate. El nerviosismo por la posible victoria de Trump –que se ha relajado durante los debates– fue uno de los motivos que impulsaron al dólar por encima de la barrera psicológica de los 20 pesos. Pero esto podría ser peor.

Si el polémico candidato pone un pie en el despacho oval, la divisa estadounidense podría encaramarse hasta los 25 pesos y el Producto Interno Bruto (PIB) desplomarse hasta un 3.4 por ciento, tal y como aseguraba la directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, Gabriela Siller, en una entrevista para la revista Forbes.

“Habría un gran apretón de tuercas en la cuestión migratoria y las remesas enviadas –una de las principales fuentes de divisas– se podrían confiscar”, señala De Velasco.

Estados Unidos también tiene qué perder

En la relación entre ambas naciones, entran en juego muchos aspectos. “Debemos observar que México es donde más norteamericanos residen, como en San Miguel o Chapala, o simplemente la cantidad de mexicanos que han nacido allá y están de este lado”, comenta Soren de Velasco.

¿Habrá reparado Trump en lo que se juega EUA si se deteriora la relación con su vecino del sur? El experto se enfoca en uno de los temas más peliagudos: las relaciones comerciales. “EUA exporta más a nuestro país que lo que le exporta a India, China y Rusia combinados”, recuerda.

De acuerdo con esto, “cualquier cosa que dé indicios de una guerra (figurada) con este país sería por medio del Big Business norteamericano, donde los involucrados exigirían justicia por la alianza en el sector automotriz y aeroespacial”.

Hay que recordar que el congreso estadounidense está muy dividido. “Incluso algunos senadores republicanos no concuerdan con las ideas de Trump; principalmente aquellos que ven por el comercio de sus estados, como California y Texas, donde gran parte de su economía se apoya en México”, asegura.

El principal foco de la controversia es el muro que el millonario candidato quiere construir con dinero mexicano, algo a lo que el gobierno y la sociedad se oponen rotundamente. El experto explica que, “cuando consultaron a Obama sobre el muro, se mostró incrédulo porque no es un proceso tan sencillo”. De hecho, opina que “de todos los males, lo del muro es un aspecto mediático”.

“Son 3,500 metros de extensión y se requieren aproximadamente 10,000 millones de dólares. Cualquier gobierno que se preste a gobernar este país no podría exigir un pago obligatorio al muro”, apunta.

¿Y si la ruptura fuera inevitable?

La relación bilateral no necesariamente se perdería con EUA, dado que hay muchos intereses en juego. “Los mexicanos no cortan lazos familiares; ellos se sienten importantes en la cultura americana, por lo cual se mantienen en conexión con sus paisanos”, menciona De Velasco, sin olvidar la importancia que tiene en la economía el intercambio de divisas y los viajes de México a EUA.

El vínculo es tan estrecho que “incluso una vez se planteó la idea de que los mexicanos que viven en los Ángeles y Texas tuvieran un representante en el congreso”.

De acuerdo con el buró de estadísticas de EUA, el 11 por ciento de su población es mexicana. Además, el país norteamericano es la tercera nación hispanohablante del mundo, después de México y Colombia. “Con o sin muro es imposible cortar los lazos”, sentencia.
Por el momento, la principal rival de Trump, Hillary Clinton, encabeza los sondeos sobre la intención de voto; sin embargo, las distancias se han acortado a finales del verano. El primer debate cara a cara se resolvió a favor de la demócrata, pero algunos acontecimientos históricos recientes (Brexit, la consulta sobre los acuerdos de paz en Colombia) no salieron precisamente como vaticinaban las encuestas.

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