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Caro Arce: La aliada de la industria vitivinícola en Aguascalientes

Experimentación y adaptación” es el lema de Carolina Arce, enóloga que ha formado parte de la cultura vitivinícola de diferentes regiones icónicas en la producción mundial de esta bebida. Actualmente es una colaboradora clave en el Centro de Valor Agregado de Somos Vid y la Universidad Tecnológica del Norte de Aguascalientes (UTNA), donde acompaña y asesora a productores del estado que buscan crear su propio etiquetado.

Graduada como ingeniera bioquímica por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), continuó su formación en la Universidad de Borgoña en Dijon, Francia: recorrió viñedos, bodegas y paisajes mediterráneos durante dos años en las regiones de Beaujolais y Languedoc.

Su carrera siguió en California, Estados Unidos, donde fue contratada por una vinícola en una región cercana a la Sierra Nevada. Tiempo después volvió a México para realizar una vendimia con la vinícola Santa Elena. Debido a su ímpetu aventurero y su curiosidad por aprender de climas y procesos de vinificación en varias latitudes del mundo, se dirigió a Nueva Zelanda, donde realizó una vendimia en 2019.

“Siempre me han interesado los procesos de fermentación, de cómo se va transformando todo en un producto totalmente nuevo, es algo que varía mucho. Si tú cambias ligeramente algo, se vuelve totalmente diferente, es un desarrollo que se presta mucho a la personalización”, comenta Carolina.

La enóloga reflexiona que, tras su paso por cada uno de estos países tan diferentes entre sí, aprendió a desmitificar muchas ideas preconcebidas alrededor de la cultura del vino; sobre todo entendió que ninguna regla es absoluta, pues cada región encuentra sus propios procesos adaptándose a sus condiciones.

Ha podido transmitir estas ideas en su labor como enóloga del Centro de Valor Agregado, al asesorar y trabajar en veinte proyectos diferentes: cada uno implica distintos productores, así como una amplia variedad de uvas, aromas, objetivos y características, en donde siempre llega alguien nuevo. Espacios donde la creatividad y la experimentación se vuelven una tarea de todos los días.

“Así como el vino cambia, uno siempre tiene que estar abierto a cosas nuevas. El clima está cambiando y eso traerá cosas diferentes. Uno debe adaptarse y es cuestión de experimentar y aprender. Esa es mi filosofía en la enología: estar siempre aprendiendo”, concluye Carolina.

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