La industria del cannabis pasó de ser un tema ilegal a abrirse paso en México como foco de inversión nacional e internacional. A inicios de este año el gobierno federal publicó el reglamento que regula su producción, investigación y uso medicinal en el país.
A pesar de esta nueva regulación, son pocas las empresas mexicanas que han levantado la mano para dar a conocer su intención de invertir en la industria medicinal cannábica, mientras que las compañías extranjeras ponen el ojo en el mercado nacional.
La agencia de noticias Reuters apunta que las firmas canadienses Canopy Growth y The Green Organic Dutchman ya muestran interés por entrar a México. Aurora y Khiron también tienen planes de invertir en el país, de acuerdo con Manuel Victoria, Chief Business Officer en Frontier Spectrum Inc, una sociedad financiera canadiense de la industria del cannabis medicinal.
“Aurora ha estado interesada desde el 2018 y Khiron también tiene intenciones de entrar con sus productos de cosméticos a México”, señala.
Y es que el mercado cannábico mexicano representa varias oportunidades para los inversionistas. Manuel Victoria estima que en pocos años podría ser uno de los principales productores del mundo, con ingresos estimados de 3 mil millones de dólares (mdd) para 2025 y hasta 12 mil millones de dólares para los próximos quince años. Esto refiriéndose únicamente al ramo farmacéutico.
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Por este motivo, el directivo precisó a Líder Empresarial que la misma empresa Frontier Spectrum planea adentrarse al mercado medicinal cannábico del país a finales de este 2021: “Estamos moviéndonos para preparar la entrada al mercado mexicano en un sector muy particular, que es el medicinal farmacéutico, a través de un preacuerdo con un grupo local que tiene presencia en todo el país”, asevera.
Victoria prevé que el comportamiento de la industria cannábica mexicana sea muy similar al de la colombiana. Desde 2016 se estableció en ese país el marco regulatorio de productos medicinales de cannabis. Desde entonces han atraído alrededor de 500 mdd, según datos ofrecidos por la agencia de investigación Muisca Capital Group.
Dicho mercado se valoró en el 2019 en 67 mdd y se espera que su crecimiento anual sea de 76.8%, de 2020 a 2027, según refiere la consultora Grand View Research.
Agrega que en Colombia la industria medicinal cannábica genera actualmente mil 200 empleos directos y se calcula que para finales de esta década estará superando las 100 mil plazas de trabajo.
El directivo comparte que en la nación sudamericana muchas empresas nacionales se volcaron al tema del cultivo de la planta antes de plantearse ingresar a otros sectores del cannabis. Por ello, sugiere que, si los empresarios mexicanos pueden invertir en la industria farmacéutica junto con un grupo experimentado en la rama, es una oportunidad que no deberían dejar pasar.
Según refiere el especialista, el mercado medicinal representa el 70% de la industria del cannabis en el mundo. Actualmente, el mayor consumo es farmacéutico: “Por tanto, el principal consumidor es alguien que tiene una dolencia o porque tiene una enfermedad en concreto. Hay una minoría en el consumo del cannabis recreativo, obviamente porque a este mercado todavía le falta mucho para ser legalizado a nivel global”, asegura.
Manuel sugiere a los empresarios mexicanos que desean invertir en el mercado cannábico que la primera tarea es investigar cómo se posiciona la compañía en la que quieren aportar capital, qué visión tiene dentro de la industria y hacia dónde se dirige. Además, recomienda que se planteen los siguientes cuestionamientos: “¿Cuál es el equipo que compone la empresa?, ¿tienen un plan en marcha?, ¿cuál es el modelo de negocio que está funcionando? Ese tipo de preguntas son fundamentales para decidir si vas a invertir”, puntualiza.
Negocios y cannabis: una comunidad en crecimiento
A raíz de las oportunidades de negocio que resultan de la industria cannábica en México, en el 2018 se formó el Grupo Promotor de la Industria de Cannabis (GPIC), conformado por 20 empresas y asociaciones nacionales e internacionales.
Su presidente, Erick Ponce, explica que el GPIC mantiene, además, relaciones con varias asociaciones empresariales del país: “Nos hemos acercado a la Coparmex, al Consejo Coordinador Empresarial, Canifarma… También tenemos relación con asociaciones privadas, con grupos importantes como Deloitte y Endeavor”, indica.
Respecto a la publicación del reglamento del uso medicinal del cannabis, Ponce reconoce la importancia de que México se haya convertido en uno de los primeros países en legalizar esta planta en todo su territorio, ya que podría convertirse en uno de los grandes competidores en el mercado global: “Otro potencial importante es que el reglamento permite también la exportación de productos y eso hace que México pueda incrementar su competitividad internacional. Igualmente, la posición geográfica que tenemos con Estados Unidos, Canadá y la puerta hacia Latinoamérica es importante”, expresa.
Con base en lo anterior, el titular del GPIC revela cómo proyecta que será la compenetración de la industria nacional con la inversión extranjera a través de tres estrategias.
La primera, refiere, tiene que ver con darle prioridad a los agricultores y a las comunidades vulnerables para poder participar en el mercado con el apoyo económico del gobierno y del sector privado.
Añade que, en la segunda parte de la cadena, México también debe capitalizar la infraestructura de manufactura con la que cuenta: “Deberíamos posicionarnos como los manufactureros oficiales de los productos, no solamente para el mercado nacional sino también para el internacional”, manifiesta.
Como tercer punto, Victoria señala que las ventas y la comunicación serán esenciales para consolidar la industria, una fórmula que requiere del apoyo de organismos internacionales: “Sobre todo de países que tienen más experiencia que nosotros conociendo cómo se maneja el mercado”,detalla.
Ponce aclara que actualmente los empresarios mexicanos necesitan educación, capacitación e información acerca de cómo se maneja la industria cannábica; puesto que es un mercado naciente en el país, podrían caer en disyuntivas o estafas. De ahí que invita al sector privado a buscar asociaciones que los guíen en este camino:
Fuera tabúes, bienvenida la inversión
“El llamado es a que los inversionistas y empresarios se acerquen a estos canales de comunicación ya verificados para que puedan tener un poco más de claridad de hacia dónde van las cosas”, asevera.
Asimismo, apunta que dos de los principales retos que sorteará la industria cannábica en el país son el conservacionismo de la población y la ilegalidad.
En cuanto al primer punto, asegura que México es un país conservador en el estricto sentido del tabú que hay alrededor de la planta, incluso con el simple hecho de pronunciar la palabra cannabis: “Simplemente el tratar con el tabú y con el misticismo obviamente afecta, por eso yo creo que es el principal problema”, refiere.
Por otro lado, la ilegalidad, asevera Ponce, es todo un tema derivado del comportamiento que pueda tener el mercado negro. Lo que refiere no es un secreto en la nación: “México es un productor ilegal de cannabis desde mucho tiempo atrás, desde la planta hasta los productos y eso debemos combatirlo”, apunta.
Universidades ya participan en el mercado
No solo los empresarios o inversores han estado detrás de la legalización de la medicina cannábica en México. Luego de que el gobierno federal autorizara el uso de esta planta como fármaco en el 2017, se creó la Asociación Mexicana de Medicina Cannabinoide, que busca impulsar la academia y la investigación de este tipo de terapia en el país.
En este sentido, la médico psiquiatra Carmen Amezcuas, quien forma parte de dicha organización, asegura que centros académicos como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ANÁHUAC, la Universidad Iberoamericana e incluso el Tecnológico de Monter rey ya generan vínculos para la investigación de la medicina cannábica con la Asociación.
Amezcuas apunta que han sido llamados en repetidas ocasiones para brindar capacitaciones en el tema por instituciones gubernamentales como la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), el Instituto Nacional de Psiquiatría, el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navaro y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Agrega que la organización está conformada por profesionales que buscan crear lazos con el gobierno, para capacitar a todos los profesionales de la salud acerca del beneficio médico de los derivados del cannabis.
“Hemos entablado una discusión muy seria, muy científica. Somos especialistas, somos personas con maestrías, doctorados, gente muy seria y esa es la forma en la que hemos tratado nosotros de vincularnos con ellos. Tan lo hemos hecho que hoy somos parte del Consejo consultor dentro de CONADIC y estamos pugnando para que otras instituciones de la Secretaría de Salud nos usen como aliados expertos en el tema”, asevera.
Por último, la doctora explica que existen tres principales trastornos en que los cannabinoides CBD y THC causan efectos positivos, sin provocar la dependencia farmacológica como las benzodiacepinas, hipnóticos o sedantes. Estos trastornos son: el dolor crónico (migraña, lumbalgia, cefalea clúster, entre otros), el insomnio y la ansiedad.
La psiquiatra asegura que, de acuerdo con las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Nutrición, el 50% de la población mexicana padece de dolores crónicos; los cannabinoides aportan un efecto antiinflamatorio y analgésico para esa indicación.
La profesional de la salud agrega que ciertos estudios indican que entre el 10 y el 18% de la población mexicana podrían llegar a sufrir ansiedad: “Ahí el CBD tiene un efecto muy bueno, sin crear dependencia como con las benzodiacepinas”, asegura.
Por último, el cannabis regula el tema de la vigilia-sueño: “Las personas pueden llegar a dormir sin los efectos secundarios que causan los hipnóticos o sedantes”, puntualiza.