La distopía descrita en la primera parte de este artículo, aunque cruel e indeseable, es bastante adecuada para el caso de empresas, países, calificadoras e inversionistas.
En semanas pasadas Fitch Ratings bajó en dos escalones la calificación de la deuda de Pemex y colocó la perspectiva de la misma en negativa. En los últimos años PEMEX ha venido en caída libre: una disminución de la producción de crudo, un aumento exponencial en sus niveles de deuda, un errático plan de negocios y un escenario global que no le es favorable. A pesar de lo anterior, la nueva administración poco ha hecho para mejorar el perfil de PEMEX.
Una semana antes de la baja de la calificación, PEMEX tuvo una serie de reuniones con sus principales acreedores con el objetivo de que altos directivos de la empresa y de la SHCP enamorarán a los inversionistas, las cosas no pudieron salir peor: El comentario general de los asistentes a dichas reuniones hacía referencia al desconocimiento de los directivos de la situación de la empresa.
Siguiendo con nuestra analogía distópica, véalo de esta manera: Pemex celebró su fiesta de cumpleaños a la cual asistieron todos sus pretendientes. La fiesta resultó ser un fiasco, con una pésima organización y un mal comportamiento por parte de la familia anfitriona, como era de esperar, esta situación se reportó en las revistas de sociales y en “el sistema” con lo que en pocos días la calificación de PEMEX cayó.
La reacción de los padres de PEMEX, Don Andrés Manuel y Doña Rocío no se hizo esperar, ¿Qué padres no deferían a sus hijos?, acusaron al sistema de hipócrita y posiblemente de corrupto, cosa que no es precisamente lo que los doctores del dinero y del corazón hubieran recomendado. En palabras simples, Don Andrés Manuel no debió de salir a defender a rajatabla a su hijo, sino a describir un plan claro de cómo se mejoraría el perfil financiero de PEMEX, vamos, no negar el mal estado del muchacho, evidente para todo el mundo, sino su plan de cómo lo va a poner “guapo” de nuevo.
Por:
Carlos Alberto Cruz Andrade
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