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Cabeza en el cielo, pies en la tierra: el arte de soñar

Cuando hablamos de emprender, hablamos de aplicar un arte, mismo que se desarrolla con la mezcla adecuada de teoría y práctica.   Dicho arte lleva implícito aplicar a su vez otro arte,  consistente en soñar.  En este caso,  hablamos de soñar en el sentido de visualizar de manera realista el futuro.  Algo a lo que yo describo como:  cabeza en el cielo, pies en la tierra.

Cabeza en el cielo significa visualizar con la mayor nitidez posible,  cómo es el escenario que deseo me depare el futuro, con qué personas estaré colaborando, cuál será la infraestructura de mi empresa,  con qué tipo de clientes estaré sosteniendo relaciones comerciales,  cuál será mi proyección, etc.

Respecto a los pies en la tierra,  se refiere a especificar las características SMART  de mi sueño:  Specific – Específico,  Measurable – Medible,  Attainable – Asequible, Realistic – Realista y       Time related – Relacionado  con el tiempo.

Con específico se refiere a que se detalle cualitativamente el nivel del logro que se desea obtener.  Respecto a medible,  dicho parámetro, se define como detallar cuantitativamente lo deseado;  asequible alude a que aquello en lo que tengo puesta la mira sea factible conseguir;  realista se refiere a que no sea un sueño descabellado lo que pretendo, y, por último,  relacionado con el tiempo,  implica establecer una ventana de tiempo para la consecución del objetivo. En este sentido, recomiendo que sea de corto a medianoplazo (de 1 a 5 años), dada la naturaleza cambiante del entorno.

Regresando al tema de la cabeza en el cielo,  debo ser capaz de visualizar mi meta desde distintas aristas:  cómo me vestiré,  cómo hablaré,  qué estudiaré,  qué actitudes y aptitudes tendré, etc.  Debo visualizar todo esto a diario, y,  suponer que ya es un hecho en el presente.

El motivo detrás de este ejercicio es que la mente no distingue entre realidad y ficción.  Para el cerebro es equivalente vivir algo a sólo soñarlo.  Así pues, los pensamientos producen actitudes,  las actitudes y el esfuerzo desarrollan aptitudes, las aptitudes y acciones generan resultados, y,  los resultados construyen una realidad deseada.

Así pues, la próxima vez que desees emprender algo,  levanta los ojos al cielo, y,  recuerda:  cabeza en el cielo, pies en la tierra.  ¡Adelante!

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