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Business Ethics: Un Factor Del Éxito Empresarial

Por Xicoténcatl Morales Hurtado, CEO de Self México

La ética empresarial es una disciplina relativamente nueva. El concepto nos remite al conjunto de valores y deberes que rigen una determinada cultura corporativa o bien al tipo de virtudes que se exigen a los perfiles más calificados de una organización, los cuales se convierten en referentes de autoridad moral de la empresa.

Como conjunto de principios, la ética empresarial se ayuda de códigos, protocolos y sistemas de transparencia y administración que hacen posible el uso legítimo de recursos financieros, la dinámica laboral e incluso el tipo de trato que se espera promover entre los miembros de una unidad de negocio.

En el escenario corporativo muchos son los ejemplos que nos ayudan a determinar su valor y entender que el éxito en los negocios o la creación de un adecuado ambiente laboral depende de convicciones bien fundamentadas.

Nombres como ENRON, Bre-X, Odebrecht y algunos más nos vienen a la mente cuando hablamos de experiencias fallidas en materia de ética empresarial. En opinión de John Maxwell (Ética, Colombia: UNILIT 2005) esta disciplina se ha convertido en la regla para tomar decisiones dentro del entorno empresarial. ¿La razón?, la ética empresarial posibilita una situación ganadora para todos (proveedores, directivos, empleados, clientes y sociedad).  

Hablar de ética empresarial es corregir malas prácticas, analizar hábitos maliciosos y por supuesto alinear pésimos manejos económicos que se han establecido debido a un mal ejercicio de planificación. Esta es la razón por la cual muchas empresas prefieren dar la vuelta al asunto olvidándose de que, efectivamente, los valores son redituables y las acciones apegadas a la probidad o legalidad se han vuelto activos indiscutibles del entorno ejecutivo.

Como ética aplicada, la ética empresarial no sólo “se ocupa del estudio de las cuestiones normativas de naturaleza moral que se plantean en el mundo de los negocios” (según una definición tradicional), sino sobre todo de la gestión de decisiones y actitudes que hacen posible el desarrollo efectivo de una organización, incluidos sus valores y principios que guían, por ejemplo, el trabajo en equipo, la motivación del personal y los mecanismos organizacionales para promover un incremento en la productividad.

Beneficios de la ética empresarial

Para ser prácticos resumiremos los beneficios y aplicaciones de esta disciplina determinando su función como un pilar constitutivo de la nueva cultura empresarial a través de los siguientes ejes rectores.

1. Elevada competencia. La e. e. (ética empresarial) promueve una elevada competencia; factor que exige que toda persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar un servicio. Contratar personas no calificadas para desempeñar un cargo puede ser el comienzo de un fatídico camino que generalmente nos conduce al desastre organizacional y la pérdida de objetivos.

2. Calidad. Entendida como el resultado de varios factores que ayudan a evaluar positivamente los productos o servicios que ofrece una empresa, la calidad no es una opción para las organizaciones éticas, sino una forma de vida. Punto central de la relación precio-producto, la calidad fija estándares en la entrega de un bien, ya sea en su tiempo de envío, tipo de materiales, garantía de fabricación, opción de reembolso por fallas de origen, mantenimiento en el uso de un producto, etc.

3. Servicio al cliente. De los ejes que mencionaremos quizá sea este el que mayor fuerza ha cobrado en los últimos años cuando hablamos de e. e. Ello es así porque el servicio al cliente no es un tópico aislado de la empresa, sino una cultura por derecho propio. Desarrollar y poner al alcance de otros todo lo mejor que ofrece nuestra empresa es una forma de dignificar a nuestro mercado meta, elemento fundamental de este término. Generar fidelización, asegurar buena publicidad y extenderse hacia nuevas latitudes son sólo algunas consecuencias favorables que se derivan del cultivo de esta permanente iniciativa.

4. Solidaridad. No existe otro factor tan vinculante cuando hablamos de e. e. que mantener un equilibrio en todas las relaciones laborales que incluyen respeto y colaboración entre los miembros de una empresa. La solidaridad (in solidum) puede ser un valor que al interior de la empresa genere mecanismos de coordinación efectivos, motivación e incremento en la productividad, mientras que al exterior contribuya al benchmarking y la gestión de la competitividad en el terreno del apoyo y respaldo mutuos (juego ganar-ganar).

5. Responsabilidad social. El término mismo abraza muchas prácticas que pueden ir desde el tiempo o modo en que una empresa ofrece sus servicios, hasta la consideración (ambiental, económica, cultural, etc.), sobre los efectos de sus decisiones. La responsabilidad social incluye sensibilidad al entorno, así como compromiso u obligación por respetar las leyes, usos y costumbres que dan integridad al tejido social donde una empresa desempeña sus labores.

Algunas empresas se limitan a buscar métodos para alcanzar legitimidad o proyectar un ambiente ejecutivo libre de carencias éticas. Pero la verdad sobre el asunto es que los atributos mencionados no pueden fingirse.

En la esfera empresarial todo lo que se separa de la ética (finanzas, relaciones, convicciones o decisiones), puede corromperse y en tal sentido perder su valor. Algunas personas podrán decir: “no comprendo por qué debemos ser éticos, si todo el mundo actúa fuera de la ley para obtener mejores beneficios”.

Aunque el razonamiento parece atractivo en principio, el tema de la e. e. se enfoca en determinar qué relación se establece entre nuestras convicciones y resultados, deteniéndose por supuesto en valorar la integridad de nuestros medios para convertirnos en un referente de éxito a largo plazo y no sólo en un ejemplo de triunfo momentáneo y cuestionable.

Aunque para algunos la ética empresarial no pasa de ser una especie de doctrina ligera o conducta opcional para diversas corporaciones, lo cierto es que la generación de confianza que el cliente requiere para preferir nuestros servicios o productos atraviesa por todos los principios que hemos incluido en este texto.

La ética empresarial no es una virtud extraordinaria que nos ayuda a realizar nuevas actividades, sino un testimonio de integridad que expone al final del día el carácter que distingue a nuestra organización. 

Resultados de la ética empresarial

Ser éticos en este tiempo no sólo parece una rara virtud sino una poco popular exigencia. Sin embargo las personas y organizaciones que trabajan sobre la base de un sólido código moral pueden experimentar, al menos, algunos de estos resultados que concluyen nuestra reflexión:

– Superar limitaciones históricas en algún proceso productivo al mostrar compromiso, puntualidad y mejora continua de la calidad.

– Recibir el reconocimiento y publicidad de clientes totalmente satisfechos debido al trato y excelencia de nuestros productos o servicios.

– Contar con la fidelización y esfuerzo constante de equipos de trabajo que se sienten respetados y valorados.

– Gozar de la confianza social debido a la integridad implícita en la calidad de los materiales, métodos o protocolos seguidos en la fabricación de un producto.

– Evitar reclamaciones y pérdidas debido a un adecuado manejo de estándares y esquemas normativos que se adhieren a la cultura corporativa.

– Incrementar ganancias y activos al ofrecer resultados totalmente demostrados que se ajustan a las necesidades reales de nuestros clientes.    

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