En medio de la emergencia sanitaria derivada del COVID-19, que ha infectado en el país a más de 66 mil personas y provocado más de 4 mil fallecimientos, Brasil ya está trazando el regreso paulatino de sus actividades económicas, entre las que incluye la vuelta del fútbol profesional a puertas cerradas.
Así lo dio a conocer en rueda de prensa el secretario de Productividad y Competencia, Carlos da Costa, al señalar que todavía no hay una fecha fijada para el regreso de las actividades económicas o el fútbol, enfatizando que la salud y la seguridad seguirán primando en todas las decisiones. No obstante, indicó que el balompié podría ser un ejemplo de un sector de la economía que podría reabrirse próximamente, por lo que el Gobierno brasileño está sosteniendo pláticas con la Confederación Brasiileña de Fútbol al respecto.
También manifestó que los bares y los restaurantes podrían reanudar sus operaciones en el corto plazo.
Por su parte, Marcelo Guaranys, viceministro de Economía, pronunció que no están dictaminando cuándo regresará el comercio, pues acatarán las disposiciones establecidas por el Ministerio de Salud, pero sí están desarrollando un plan para la reactivación de la economía.
Previsiones de analistas anticipan que en el 2020 Brasil podría sufrir el peor colapso económico en su historia. Por lo pronto, Da Costa informó que el gobierno anunciará dos nuevos programas de apoyo a las empresas de los sectores aeroespacial, automotriz, energía eléctrica, alcohol de azúcar, entre otros.
Brasil ha sido señalado como uno de los países con menos pruebas realizadas de COVID-19 per cápita en América Latina. Sin embargo, Carlos Da Costa informó que el gobierno presidido por Jair Bolsonaro está haciendo las gestiones necesarias para ampliar la cobertura de pruebas para proveer de 7 a 8 millones de tests al mes.
En los últimos días, la administración de Jair Bolsonaro se ha visto envuelta en la polémica, tras despedir al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, luego de diferencias profundas entre ambos políticos sobre la gestión de la crisis sanitaria. Mandetta abogó por seguir medidas de aislamiento y confinamiento para detener la propagación del virus SARS-CoV-2, mientras que el presidente desdeñó las medidas y urgía la reactivación económica del país.
Una investigación realizada por el Centro de Operaciones de Salud e Inteligencia de Brasil, el país latinoamericano podría tener 12 veces más contagios de COVID-19 de los que reporta el gobierno de manera oficial. La poca capacidad para hacer pruebas a la población y la demora en la entrega de resultados son los principales motivos del desfase de cifras reales y confirmadas, señalaron.