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Bombardier: El parteaguas de la aeroindustria en el Bajío

Querétaro es una potencia en la industria aeroespacial a nivel internacional. En los últimos 20 años, la entidad ha captado alrededor de 30% de la Inversión Extranjera Directa (IED) del sector en el país, logrando convertirse en el cuarto hub aeroespacial más atractivo en el mundo en este nicho, según refiere el Gobierno del Estado.

Un aliado indiscutible para su consolidación en este sector es la empresa Bombardier, uno de los fabricantes de aviones más importantes en el orbe: “Ha sido un viaje de muchos logros y crecimiento”, resume Carlos Robles, vicepresidente de Bombardier Aeroespace México. Recuerda que la firma llegó en 2006 a una planta temporal en el Parque Industrial El Marqués, pues el plan original era instalarse definitivamente en una factoría cerca del aeropuerto.

Sin embargo, debido al éxito y eficiencia que sostuvo la fábrica original, se estableció conservarla para su operación. Actualmente cuenta con más de 75 mil metros cuadrados en término de planta industrial, seis edificios y tres sitios de manufactura.  En 13 años ha invertido más de 550 millones de dólares en el estado y tiene una fuerza laboral superior a los 2 mil empleados.

“Empezamos haciendo arneses en El Marqués, fue la primera unidad de negocio que jalamos. Desde hace años atrás, esta planta fue declarada centro de excelencia para arneses, entonces prácticamente todas las actividades de Bombardier relativos a ellos se hacen en México”, refiere el directivo.

Actualmente, en Querétaro la firma fabrica arneses, compuestos y estructuras para aviones. La planta Bombardier Aeropuerto elabora “el componente más grande y complejo que se hace en México para el sector aeroespacial, que es el fuselaje trasero del avión Global 7500, una aeronave de negocios de largo alcance”, refiere Robles.

“Cabe mencionar que la primera vez que se manufacturó este componente fue en Querétaro. Generalmente, en el sector, incluso en Bombardier, hay mucha transferencia de líneas de componentes a las plantas de México; sin embargo, en el caso del fuselaje se decidió apostar desde un inicio por su fabricación aquí en nuestras fábricas. Esto te habla del nivel de competencias que tienen nuestros colaboradores”.

Carlos Robles refiere que en un sector caracterizado por su alta especialización y variabilidad, y bajo volumen, el tema del desarrollo de capital humano adquiere una relevancia importante.

En el caso de los operadores que fabrican los componentes, Bombardier trabaja directamente con la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ) para el reclutamiento de los perfiles requeridos. La institución educativa capacita y entrena a los candidatos a través de cursos de especialidad de acuerdo con las necesidades de la empresa. Posteriormente, Bombardier trabaja con los aspirantes en una inducción para asegurarse de que cuenten con las competencias solicitadas.

“No sólo mantenemos frescas las competencias de los trabajadores, sino que también buscamos que haya una rotación hacia otras áreas de trabajo, de modo que empecemos a generar mucha flexibilidad. Tenemos matrices de habilidades y competencias, que es un indicador para garantizar que el personal permanece capacitado”, apunta el vicepresidente de Bombardier México.

En 2017 la empresa reforzó sus programas de formación para sus empleados a través del proyecto Universidad Bombardier. En entrevista para El Financiero, Pascal Labelle, el director de Recursos Humanos, dijo que la idea surgió como respuesta al crecimiento de la empresa, pues con tantos nuevos colaboradores integrándose existía una necesidad de apoyarlos con su desarrollo.

Otro aspecto relevante de Bombardier es que define una ruta de ascenso profesional a los colaboradores que trabajan allí.

“Tenemos caminos de carrera bien establecidos, por lo que hay mucha claridad en lo que se necesita aprender y las competencias requeridas para subir de nivel. Esto no sólo nos ayuda a tener las competencias cubiertas, sino que es una ventaja para la retención de talento”, sostiene Carlos. “Nuestra rotación de personal es bajísima, debajo del 6 por ciento anual, y es porque aquí ven un patrón de desarrollo que no se les ofrece en otro lado”, comenta.

En un escenario un tanto difuso, en el que prevalece la espera de la ratificación del T-MEC, Bombardier sigue confiando plenamente en que “su casa” es Querétaro: “Tenemos un compromiso de largo plazo con el desarrollo del sector aeroespacial nacional y obviamente con Querétaro. Estamos en el lugar correcto, donde se tienen ideas correctas y se trabaja muy bien en equipo”, afirma Carlos.

El directivo precisa que, pese a que existe una importante competencia comercial con otras compañías -como es el caso de Airbus-, al momento de trabajar en estrategias de desarrollo para la aeroindustria nacional, las empresas del ramo trabajan en conjunto: “estamos en la misma mesa, con el mensaje alineado y los objetivos claros; trabajando en conjunto para ver de qué manera podemos seguir desarrollando el sector. Naturalmente esto traerá un beneficio tanto para nosotras las empresas como para la economía del estado y el país. Es un ganar-ganar para todos”, finaliza. 

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