Múltiples aspectos de la vida cotidiana han evolucionado desde que la contingencia sanitaria empezó, lo que motivó a cambiar las formas habituales de consumo. Ante una transformación sin precedentes del contexto mexicano nos acercamos a Jacob Rivas, e-commerce consultant, para descifrar la forma en que las dinámicas comerciales dieron el salto a la alternativa virtual. A través del artículo indagamos en la resistencia inicial de asirse de estos medios y la eventual aceptación.
De acuerdo con lo que dice Rivas, el sorpresivo cambio de paradigmas afectó, sobretodo a las pymes, pues aun cuando contaban con “redes sociales, no estaban adecuadas al comercio por internet”. En cambio, para las grandes empresas el proceso se dio con mayor fluidez, al contar con este soporte comercial con anticipación.
“En México existía un miedo generalizado a adquirir bienes y servicios en línea por múltiples factores, entre los principales: desconfianza a las plataformas, temor de fraude al usar tarjetas de crédito y un sinnúmero de temas que olvidamos tras las circunstancias actuales, donde se prioriza la necesidad de estar en casa”, comentó.
Adaptación al e-commerce
Hasta el 2019, las compras en línea se limitaban a “vuelos, hospedajes, comida por aplicaciones y aparatos electrónicos”. En la actualidad, según Rivas, se han incorporado áreas que no eran muy comunes en el contexto:
“Con el anuncio de la fase dos de la contingencia hubo un aumento del 30% en ventas en sitios de supermercado en línea; el deporte invadió las plataformas con incremento de compras del 14% y la ropa con un 19%. Los usuarios queremos distraernos en casa y estar seguros al momento de adquirir artículos y evitar aglomeraciones”.
No obstante, Rivas puntualiza que en el reporte de impacto del Covid-19 de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), se registra que las ventas que lideran durante el periodo son: comida a domicilio, electrodomésticos y moda, y categorías como belleza, cuidado personal, deportes y herramientas.
Respecto a servicios, explica que las categorías online preferidas por los usuarios son: servicios de suscripción con 79%, servicios bancarios con 78% y viajes con 76%, aunque éste decae con el avance de la contingencia.
El comportamiento de los consumidores mexicanos es precautorio, pues “en cuanto a cómo conocemos los artículos antes de adquirirlos preferimos investigar por internet acerca del producto antes de comprar en tienda física (webrooming, 96%), o visitar la tienda física para conocer el producto antes de comprar por internet (showrooming, 92%)”.
El futuro del e-commerce en México
Es claro que la formación de hábitos durante la contingencia perdurará más allá de su finalización, por lo que los resultados que ha obtenido el e-commerce en México podrían no diferir de los actuales. La adecuación de las pymes a los medios y plataformas de venta digital, se ha visto llena de retos, pues necesita la creación de “nuevos productos adecuados a un consumidor digital, acostumbrado a ser más visual y pendiente de las reseñas y textos descriptivos”. Para adentrarnos en el proceso, Jacob Rivas ofrece un ejemplo de lo que implica la transformación de la visión de una pequeña empresa para competir en el nuevo mercado.
“Piensa en una papelería local que parecería que no tiene como vender en esta contingencia al ser un ‘negocio no esencial’. Con base en los requisitos de la venta en línea, podría armar paquetes de artículos que niños y adolescentes pueden necesitar para desarrollar proyectos en casa y promocionar la entrega a domicilio dentro de un área cercana; de esa manera sus posibilidades se expanden y en un momento podemos tener papelería a domicilio. Otra alternativa es generar la necesidad promocionando paquetes de artículos para mantener entretenidos a los niños, pues recordemos que uno de los retos es mantenernos ocupados y los proyectos de arte y creatividad representan una área de oportunidad”.
Al expandir los horizontes del comercio en línea, México podrá adecuar a su contexto formas más “cómodas y próximas” de atender necesidades sin requerir de traslados. Es cuestión de tiempo para que más sectores económicos queden inmersos en estas dinámicas, como dijo Jacob Rivas, esta es “una oportunidad para las nuevas generaciones de explotar su creatividad y expandir la forma en que hacemos negocios”.