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Autosuficiencia y empowerment: retos para el emprendedor

En el desarrollo de las actividades de un emprendedor, siempre existe el delicado equilibrio entre ser autosuficiente y delegar poder y responsabilidades a otros individuos para el logro de los objetivos empresariales (empowerment).

Quizá en una etapa de emprendimiento inicial, no existirá dicha disyuntiva, dado que es común que el emprendedor sea totalmente autosuficiente; sin embargo, con el tiempo y para poder crecer el negocio, es común hacer sinergia con otros, ya sea por convenios, relaciones de colaboración informal, o bien, contrataciones.

Cuando sea el momento apropiado, el emprendedor se deberá preguntar qué actividades debe llevar a cabo él mismo y cuáles tendrá que delegar para poder ser más eficaz. Esto dependerá, en gran medida, del giro del negocio; pero, por poner un ejemplo, podrá dejar a otros tareas operativas, de desarrollo, administrativas/contables, y conservar funciones de liderazgo formal, así como de ventas o negociaciones estratégicas. Estas últimas también se podrían delegar si se cuenta con un equipo de ventas con esquemas de compensación fija/variable.

Cabe mencionar que la dinámica de aquellas tareas que se realicen por cuenta propia y las que son delegadas, puede variar con el tiempo. Cada persona debe encontrar la mezcla que le permita llevar una vida equilibrada y hacer a su empresa lo más productiva posible.

Quizá lo importante es no polarizar demasiado en un sentido u otro. Si somos por demás autosuficientes en el desarrollo de las actividades, podemos caer en la trampa de querer hacer, controlar y desarrollar todo. Las señales de alerta de esto son que nos sentiremos constantemente abrumados, saturados, agobiados y que no nos alcanza el tiempo en absoluto.

En el otro extremo, tendremos el escenario en el que delegamos todo: decisiones, liderazgo, desarrollo, operación, administración, ventas, seguimiento, etcétera. Cuando este es el caso, podemos tener la falsa sensación de que todo está yendo de maravilla; pero quizá se estén suscitando problemas que con el tiempo pueden generar una auténtica crisis en la organización.

Así pues, conviene buscar un sano equilibrio entre estas dos posturas. A través del desarrollo de las actividades de la empresa, se podrá ir midiendo el bienestar personal y empresarial. De esta forma, se tomarán las medidas pertinentes para ajustar y optimizar el equilibrio entre la autosuficiencia y el empowerment.

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