El Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE) emitió una alerta dirigida a unidades médicas, laboratorios y centros hospitalarios ante el aumento de casos de tos ferina en México, una enfermedad altamente contagiosa que afecta principalmente a niños menores de cinco años.
De acuerdo con la Dirección General de Epidemiología, hasta la semana epidemiológica 14 de 2025, se han reportado 2 mil 549 casos probables, de los cuales 696 han sido confirmados, con una incidencia de 0.52 por cada 100 mil habitantes.
Además, se han registrado 37 defunciones en 14 estados, lo que arroja una letalidad del 5.3%.
¿Cómo se contagia y cuáles son los síntomas de la tos ferina?
La tos ferina se transmite por contacto directo con las secreciones respiratorias de una persona infectada. Luego de un periodo de incubación de entre 7 y 14 días, aparecen síntomas similares a los de un resfriado común, fiebre leve, secreción nasal y tos ocasional.
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Sin embargo, la enfermedad avanza y provoca una tos severa con silbido al inhalar, lo que puede dificultar la respiración, el sueño y la alimentación. Estos ataques suelen empeorar por las noches y pueden extenderse por hasta 10 semanas.
Asimismo, los bebés menores de un año presentan el mayor riesgo de complicaciones graves, incluyendo dificultades respiratorias y muerte. En casos severos, el tratamiento requiere antibióticos y hospitalización, con administración de líquidos intravenosos.
¿Cómo prevenir la enfermedad?
De este modo, la vacunación sigue siendo la medida más eficaz para prevenir la tos ferina. En México, el esquema incluye la vacuna pentavalente acelular, que se aplica en cuatro dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad. A los 4 años, se refuerza con la vacuna DPT, que protege también contra difteria y tétanos.
A su vez, las autoridades sanitarias insisten en verificar esquemas de vacunación completos, especialmente en menores de cinco años y poblaciones vulnerables.
Finalmente, el aumento de los casos de tos ferina representa una advertencia clara para el sistema de salud y la sociedad en general. La prevención a través de la vacunación, una detección oportuna de los síntomas y el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica son fundamentales para contener este brote.
Con una letalidad del 5.3%, la tos ferina no debe subestimarse. Las familias, escuelas y profesionales de la salud deben mantenerse informados y actuar con responsabilidad ante cualquier síntoma sospechoso.