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Aumenta acoso cibernético: INEGI

El ciberacoso, o acoso cibernético, se refiere a la situación en que una persona es expuesta, repetidamente, y de forma prolongada en el tiempo, a acciones negativas con la intención de causar, o tratar de causar, daño o molestias, por parte de una o más personas usando medios electrónicos tales como el teléfono celular e Internet.

El INEGI dio a conocer los principales resultados del Módulo sobre Ciberacoso 2019, una encuesta levantada en julio y agosto del año pasado, con el objetivo de generar información estadística para conocer la prevalencia de ciberacoso entre las personas de 12 años y más (usuarias de Internet en cualquier dispositivo), el tipo de situación de ciberacoso vivida y su caracterización. 

De entrada, el instituto especifica que las situaciones que considera como ciberacoso son:

En este contexto, el INEGI refiere que la población de 12 y más años estimada por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019 es de 101.5 millones de personas. De ese total, 72.9% utilizó Internet en cualquier dispositivo en los últimos tres meses.

Ahora bien, de la población usuaria de Internet, 23.9% declaró haber vivido, en los doce meses previos al levantamiento del MOCIBA 2019, alguna situación de acoso cibernético, siendo ligeramente mayor para mujeres (24.2%) que para los hombres (23.5%).

Las cifras reportadas revelan un aumento en torno a los resultados del MOCIBA 2017, ya que en ese año se reportó que el porcentaje de la población usuaria de internet que manifestó haber recibido algún tipo de ciberacoso fue de 16.8%; en el caso de los hombres, el porcentaje fue de 16.0%, y en el caso de las mujeres fue de 17.7%.

Los adolescentes y jóvenes son los más expuestos: 28.1% de los hombres de 12 a 19 años y 36.4% de las mujeres de 20 a 29 años, señalaron haber vivido algún tipo de ciberacoso.

Tanto hombres como mujeres que vivieron alguna situación de ciberacoso en los últimos doce meses utilizaron Internet, en promedio, más de una hora adicional en relación con aquellos que no vivieron ciberacoso.

Las situaciones experimentadas con mayor frecuencia por parte de la población de mujeres que ha vivido ciberacoso fueron: recibir insinuaciones o propuestas sexuales (40.3%), contacto mediante identidades falsas (35.3%) y recibir mensajes ofensivos (33.9%); mientras que para la población de hombres que han vivido ciberacoso fueron: recibir mensajes ofensivos (33%), contacto mediante identidades falsas (31.6%) y recibir llamadas ofensivas (24.9%).

En 53.4% de los casos de ciberacoso no se identificó a las personas acosadoras, en 25.5% se logró detectar solo a personas conocidas, mientras que en 21% se identificó tanto a personas conocidas como a desconocidas.

Cuando se logró identificar al menos a un acosador, se identificó a personas con las cuales no existía una relación cercana, es decir, conocidas de poco trato o solo de vista (20.5%); personas cercanas o en quien se pudiera confiar, tales como amigos(as) (16.6%), compañeros(as) de clase o trabajo (10.4%), exnovio(a) o expareja (7.7%) y, finalmente, familiares (4.3%).

De las víctimas que lograron identificar el sexo del agresor, 61.8% de los hombres y 54.8% de las mujeres señaló que se trataba de un hombre.

El efecto principal que ocasionan las situaciones de ciberacoso tanto a mujeres como a hombres es el enojo con 78.7% y 63.2%, respectivamente; seguido de la sensación de desconfianza, con 36.8% y 35% para mujeres y hombres, respectivamente.

De acuerdo con los resultados, se identifica que la acción tomada con mayor frecuencia ante el ciberacoso es bloquear a la persona, cuenta o página (69.2% en el caso de las mujeres, 49.1% en el caso de los hombres), seguida de ignorar o no contestar (26.6 en el caso de las mujeres, 39.4% en el caso de los hombres).

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