Por Carlos de Luna Arce
Marcas competitivas, un esquema de distribución eficaz y una plataforma digital innovadora son algunas de las características de un líder de mercado; tal es el caso de Lifex, empresa fundada y dirigida por Abel Robles.
Haber sido el primer negocio que desarrolló una plataforma online para distribuir productos de marcas especializadas y líderes en deportes extremos tiene un mérito especial porque, hace 16 años, apostarle a las ventas por internet implicaba estar adelantado a un formato de distribución que, seguramente, Abel contemplaba con un futuro prometedor.
Es verdad que la distribución gira en torno a la disponibilidad y a que el cliente siempre quiere el producto de forma inmediata. Con esto en mente, Robles construyó una compañía que apostaba por un gran riesgo: la respuesta favorable del mercado. Hoy, ha consolidado a Lifex como una empresa de confianza para el usuario, pese a haber sido creada relativamente hace poco. El prestigio construido mediante la oferta ágil y eficiente de productos de calidad la ha ubicado en un lugar ampliamente reconocido en el mercado.
Lograr que la tecnología y el negocio se integren es encontrarse con la competitividad. Por eso, esta compañía ha adoptado una política innovadora en la cual la tecnología juega un rol estratégico. De esta forma, creó un modelo de negocio del nivel de Amazon o eBay, que le ha dado eficacia y dinamismo a su operación.
¿Su estrategia? Conocer el mercado por medio de un esquema de segmentación que le permite proporcionar a los compradores lo que necesitan, determinar para qué lo requieren y conocer el beneficio que obtienen de ello. Satisfacer a los clientes es un verdadero reto porque implica no solo tener los mejores productos, sino también hacerles vivir una experiencia completa de compra, ya sea en una concept store o a través de la aplicación móvil de Lifex.
Abel Robles va más allá de la demanda existente, es decir, no solo ha logrado venderle a los usuarios actuales, sino que ha podido propagar su concepto a compradores potenciales. Este empresario cuestiona constantemente las estrategias convencionales de comercialización. Es hábil, extrovertido (como buen emprendedor con visión) y sensible, cualidad que tiene desde la infancia: cuando era niño entendió que incluso rodar una bicicleta es algo que va acompañado de retos constantes.
La vida moderna comprende un sinfín de oportunidades; en esta dinámica, Abel ha logrado consolidar un esquema de negocio de vanguardia el cual le ha permitido asegurarse de que el cliente siempre piense en él como la primera opción.