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Asegurarse es un acto de responsabilidad

Datos divulgados en la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021 (INEGI/Comisión Nacional Bancaria y de Valores), señalan que en 2021 alrededor de 17.6 millones de personas de 18 a 70 años (equivalente a 21% de la población) tenían al menos un seguro.

Esto representa un retroceso pues, en 2018, eran 20.1 millones de personas las que contaban con algún seguro (25.4% de la población de 18 a 70 años). Incluso, la cifra es menor a la registrada en 2015 cuando 18.9 millones de personas (24.8%) tenía un seguro de vida, gastos médicos, de automóvil, contra accidentes, de casa, de educación, plan privado de retiro, principalmente.

Estos números se tornan aún más preocupantes si tomamos en cuenta que el 79% de la población de 18 a 70 años que no cuenta con algún seguro puede ver comprometido en cualquier momento su patrimonio (o hasta perderlo).

En este sentido, el director de HUM Internacional, Humberto Martínez Guerra, destaca que contar con un seguro es un acto de responsabilidad, pero también de amor y hasta de dignidad personal:

“De responsabilidad, porque hay que prever lo que puede pasar si soy el jefe o la jefa de la familia y llego a faltar; de amor, porque si todos los días salgo a trabajar para garantizar un futuro a mis hijas e hijos debo tener claro que no soy inmortal; y de dignidad, porque puedo asegurar que cuando concluya mi vida productiva no seré una carga”.

Con una experiencia de 35 años en el ramo asegurador, considera que el momento idóneo para que una persona adquiera un seguro es cuando comienza a generar ingresos. Desde ese instante, se puede empezar a delinear el futuro con sensatez. 

“El momento más adecuado para contratar un seguro es cuando eres económicamente activo, una persona productiva, porque estás generando ingresos. Debes pensar en que puedes sufrir una invalidez, que puedes enfermar o morir, o que puedes llegar a una edad avanzada sin recursos”, subraya.

El especialista recomienda contratar un seguro de vida cuando tienes una o más personas dependientes de ti, mientras que el de gastos médicos mayores debiéramos tenerlo todos (aun cuando tengamos IMSS o ISSSTE), en tanto el de retiro debe considerarse seriamente a partir de los 35 años. En el caso de las empresas, es indispensable contar con un seguro de responsabilidad civil que cubra siniestros como incendios, robos, o incidentes que afecten a terceros.

“Es importante que, antes de contratar cualquier seguro, te asesores con un especialista que te confeccione un traje a la medida de tus posibilidades y necesidades. Un agente de seguros debe ayudarte a dormir tranquilo, no a quitarte el sueño”, recalca.

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