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Arturo Revilla: “La creatividad se potencia a través del conocimiento”

A finales de los años 60, la educación superior en Aguascalientes era limitada, por lo que quienes querían ser profesionistas en aquel momento tenían que probar su talento en otras ciudades. Ese reto fue el primero de Arturo Revilla, quien apenas acercándose a la mayoría de edad, supo que alcanzar una plenitud profesional requeriría de sacrificios.

Cincuenta años después, aquel estudiante foráneo que se forjó en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, se volvió uno de los primeros arquitectos que vio crecer Aguascalientes. Su trayectoria incluye obras como la Central de Abastos, el Patio de las Jacarandas, el nuevo edificio de la rectoría en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, entre otros.

Además, el proyectista hidrocálido lleva más de 40 años dedicándose a la docencia, lo cual le ha permitido ver a grandes arquitectos, según refiere, desarrollarse y posicionarse a nivel nacional e internacional. En entrevista con Líder Empresarial, Arturo Revilla describe los momentos más trascendentes de su carrera, así como los tropiezos por los que pasó para catapultarse como uno de los arquitectos más reconocidos de la entidad.

Líder Empresarial (LE): ¿Cómo surge el enamoramiento entre usted y la arquitectura?

Arturo Revilla (AR): Puedo decir que fue gracias a mis maestros. El gusto por la arquitectura lo tenía desde que ayudaba a tías o abuelos a mejorar algo en la estructura de sus casas; sin embargo, en la universidad tuve grandes referentes que me transmitieron la emoción de la arquitectura. Nombres como el de Pancho Serrano significaron mucho para mí, ya que bajo sus ideas se diseñaron obras como el Estadio Azteca y algunas embajadas, además de que colaboró en el Museo de Antropología, entre otros grandes proyectos. Él, junto con Rafael Mijares y otros más, fueron profesores que con sus resultados y seguridad me transmitieron la pasión por la arquitectura, un elemento indispensable para la carrera.

LE: ¿Qué cualidades caracterizan a un buen arquitecto?

AR: Desde la formación se requieren muchas horas de dedicación, es una carrera a la cual se le tiene que inyectar mucha pasión. A esto se le agrega la creatividad, en la que su proceso es todo un reto, ahí es donde se templa un arquitecto. Además, se necesita mucha perseverancia, ya que el trabajo de uno es muy irregular. Hay veces en las que ya no se puede con más trabajo y otras en las que no llega ningún proyecto… La perseverancia también es importante para defender tus ideas, que no siempre van a gustarle a todos y las cuales se enfrentan a varias barreras antes de poder realizarse.

LE: ¿Cuál fue uno de los momentos más difíciles en su crecimiento profesional?

AR: Después de tener dos grandes proyectos como recién egresado, como lo fueron una de las primeras agencias de autos en el estado y la primer Central de Abastos, estuve un tiempo sin que nada de trabajo me llegara. Quería dedicarme a diseñar, por lo cual me desprendí un poco de la construcción. Me surgió la oportunidad de irme al negocio de bienes raíces con mi padre; pero decidí seguir con mi pasión, aunque las cosas no se dieran. Es por eso que esta carrera en especial requiere de perseverancia.

LE: ¿Cuál es la obra que más le ha gustado?

AR: Como arquitecto es difícil que te gusten al 100 por ciento tus obras, ya que otra de las características que tenemos es la de ser autocríticos para siempre seguir mejorando. Sin embargo, la obra que más me ha dejado satisfecho es la del Patio de las Jacarandas, porque en ella se cumple perfectamente con las cuestiones social y cultural. Involucra identidad histórica y cultural, pero con un diseño contemporáneo traído por Jan Hendrix, un artista internacional de renombre.

LE: Y su primera obra, ¿la recuerda?

AR: El cuerpo principal de un arquitecto es la vivienda. Lo que más se ve en una ciudad son las casas. Por ello, la principal oportunidad de chamba es esa, por lo que la primera obra que recuerdo es una casita que construí en Aguascalientes. Al terminarla, me paseé todo el día por ella, recorrí cada habitación; la sensación de saber que tú la hiciste es indescriptible.

LE: Ahora como docente, ¿qué se siente estar del otro lado?

AR: Difícil. Lograr motivarlos no es nada sencillo, menos ahora cuando tenemos tantos dispositivos móviles de por medio. Las ideas no se gestan en la computadora, esta es una herramienta que nos apoya, no que nos resuelve las situaciones; sin embargo, hay que adaptarse, mi despacho no funcionaría sin computadora… Lo que yo les digo a mis alumnos es que mediten y piensen muy bien. Debemos de valorar nuestra idea y defenderla. A veces, el proceso creativo se sufre; involucra evaluar, dialogar y analizar si aportamos o no algo distinto.

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