Icono del sitio Líder Empresarial

Ante la prohibición de plásticos de un solo uso, adaptarse o morir

En el empleo de plásticos y desechables de un solo uso, todos hemos caído en el exceso, coinciden Claudio Innes Peniche, Humberto Martínez Guerra y Alfonso Javier Linares Medina, presidentes en Aguascalientes de la CANIRAC (Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados), la CANACO (Cámara Nacional de Comercio) y la ACOCEN (Asociación de Comerciantes del Centro), respectivamente.

Por lo anterior, consideran que prohibir los citados productos –en el municipio capital del estado–, es una medida no solamente necesaria, sino también obligada, pues el Relleno Sanitario de San Nicolás, donde se deposita toda la basura que generamos en la entidad, enfrenta una saturación preocupante.

No obstante, a tres meses de que las autoridades municipales estén en condiciones de imponer sanciones económicas a quienes sigan entregando u ofreciendo bolsas y popotes de plástico, así como utensilios de plástico o unicel (de acuerdo a lo establecido en el Reglamento de Protección al Medio Ambiente y Manejo de Áreas Verdes del Municipio de Aguascalientes, aprobado en octubre de 2018); cabe preguntar si los propietarios de comercios y restaurantes, y más aún los consumidores, están listos para despedirse definitivamente de los desechables.

Al respecto, el presidente de la ACOCEN, Alfonso Javier Linares Medina, considera que es un cambio muy importante para quienes habitamos el municipio de Aguascalientes, sobre todo porque cada habitante genera un promedio de 790 gramos de basura a diario, de los cuales 30 por ciento son plásticos de un solo uso, según datos de la Dirección de Limpia Municipal.

Sin embargo, en el caso de los comerciantes del centro de la ciudad, donde existen alrededor de 3,200 unidades de negocio, no están del todo preparados para enfrentar la medida, aun cuando la asociación emprendió una campaña informativa y de concientización sobre los cambios efectuados en el ordenamiento municipal.

“Tenemos que adaptarnos, ser conscientes del daño que estamos provocando; las cifras y números son fríos y reales. ¿Qué pasa con la basura que genero? Cuando la deposito en el contenedor, termina el problema de mi casa; pero no de la colonia, ni de la comunidad, del país o del mundo, porque esa basura tiene consecuencias y es necesario analizarlo desde esa perspectiva”, apunta Alfonso.

Agrega que entablaron una alianza estratégica con proveedores de empaques biodegradables para la adquisición, por ejemplo, de bolsas y utensilios elaborados a base de fécula de maíz, y de manera paralela, están pidiendo a sus clientes que lleven sus bolsas de tela o cualquier otro material reutilizable, cuando acudan a los diversos establecimientos a realizar sus compras.

Adaptarse o morir

Sobre los propietarios de negocios dedicados a la elaboración o distribución de plásticos de un solo uso, el presidente de ACOCEN considera que se les está dando el tiempo suficiente para que cambien de giro. “Nos tenemos que adaptar y no por las multas, sino por el daño ecológico que estamos ocasionando”.

En tanto, el presidente de la CANACO, Humberto Martínez Guerra, subraya que hay generaciones enteras que no conciben la vida sin el plástico, y aunque será complicado revertir esta cultura, es necesario hacerlo porque sería muy lamentable que el ser humano se convierta en un instrumento de su propia destrucción.

“Nosotros no nos vamos a poner en un papel de que no se moleste al comerciante, al contrario, debemos hacer un solo frente con las autoridades para hacerles ver [a los comerciantes] que debemos actuar a favor del planeta”, señala.

En el caso de los distribuidores de productos de plástico o unicel de un solo uso, opina que tienen una gran área de oportunidad; pero si no se adaptan, simplemente van a desaparecer.

“O cambian o se acaba su negocio porque tienen una doble responsabilidad. Si son distribuidores de material desechable, ahora que vendan biodegradables, es un área de oportunidad. Hay que entender que las cosas están cambiando muy rápido; si no se suben al tren, se quedan y van a desaparecer como los negocios que no se adaptan”, puntualiza.

En tanto, el presidente de la CANIRAC, Claudio Innes Peniche, recalca que hay muchas opciones para sustituir los desechables e incluso se puede regresar a las prácticas que algún día tuvimos y que, por la facilidad y lo barato del plástico, se perdieron.

“Los distribuidores de unicel tienen toda un área para desarrollar. Ya hay popotes de hueso de aguacate, platos de fibra de caña, vasos de fécula de maíz; si se ponen las pilas, no necesariamente se van a ver desplazados”, declara.

Subraya que los establecimientos que venden comida están al tanto de las modificaciones realizadas al reglamento y del plazo de más de un año que se dio para adaptarse a la medida, la cual aunque no será del todo inquisitiva, sí transformará los hábitos de comerciantes y consumidores.

Salir de la versión móvil