Su vida y el arte hacen una intersección insoluble. Sus obras son una mirada a lo oscuro de la cotidianidad y su estilo marca un nuevo movimiento en el arte mexicano.
Desde prostitutas hasta indigentes son parte de su inspiración. Su trabajo lo ha hecho viajar por países como Italia, Rusia, Alemania, Inglaterra, España, Kenia, Israel, entre otros.
Es el encargado del Taller de Grabado del Museo José Guadalupe Posada y continúa trabajando en la serie “Autorretrato 50 días”, producto de su experiencia con reos. Además, ha incursionado en la promoción y fomento de la cultura apoyando a artistas emergentes en la fundación que lleva su nombre.