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Andrés Manuel antes de ser presidente de México

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, festejó el día de hoy su cumpleaños 66. En el marco del onomástico del mandatario federal, repasamos los momentos más importantes que atravesó el tabasqueño  antes de posicionarse como una de las figuras más relevantes -quizá la mayor- en la vida política del país.

Los extractos presentados a continuación forman parte del documento “Esto soy”, escrito por el propio Andrés Manuel, como base para la realización del documental de mismo nombre, producido por Epigmenio Ibarra. 

Andrés Manuel nació el 13 de noviembre de 1953 en Tepetitán, Macuspana, Tabasco, lugar al que llegaron sus abuelos maternos. Su ascendencia por parte de su madre proviene de España, particularmente del Cantábrico, mientras sus ancestros paternos proceden del estado de Veracruz. Sus padres fueron Andrés López Ramón (Tabasco)  y Manuela Obrador González (Veracruz), quienes vivían como comerciantes. 

López Obrador cursó la primaria en la escuela Marcos E. Becerra, nombre dado por el gran escritor, poeta y político mexicano de Tabasco. Continuó la secundaria en Macuspana, pero la terminó en Villahermosa. El actual presidente de México siempre ha reconocido la figura del maestro de Civismo Rodolfo Lara Laguna, a quien le tiene aprecio por introducirlo a las ciencias sociales. En el texto, AMLO se refiere a él como “un liberal social, congruente, honesto”.

En 1973 ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública. Debido a la falta de recursos económicos, durante su época como universitario vivió en la Casa del Estudiante Tabasqueño y en Copilco El Alto «en un cuarto de vecindad con otros compañeros». “Terminé la escuela de milagro porque no recibía ningún apoyo de mi familia”, dijo López Obrador. 

Una de las anécdotas más recordadas por él es cuando doña Manuela lo visitó para cerciorarse de que realmente estuviera cursando sus estudios: “Una vez llegó mi madre a espiarme a la universidad porque no creía que estuviese estudiando. Estaba en clase y de repente volteo a la ventana y estaba mi madre, viéndome, con sus bellos ojos negros. Salí de inmediato con mucha pena, para evitar la burla de mis compañeros caminé con ella hacia el patio y la abracé con toda mi alma.

López Obrador ha mencionado que en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM aprendió lo básico para formar por sus ideales humanistas. En ese tiempo conoce al poeta, escritor, museógrafo y político mexicano Carlos Pellicer Cámara, a quien  han bautizado como el mentor de Andrés Manuel.

López Obrador se refiere a él como: “Un gran poeta, consecuente con sus ideas y actitudes. El maestro Pellicer era un hombre entero, con ideales, principios y un sentido del humor incomparable…Después de Pellicer, todos los tabasqueños somos de segunda».

AMLO entabló una relación cercana con el prolífico escritor, colaborando en la campaña política que condujo a Pellicer a obtener un lugar en el Senado de la República. 

Andrés Manuel regresó a Tabasco en 1977 para desempeñarse como director del Centro Coordinador Indigenista Chontal, puesto que ostentó hasta 1982.  

El tabasqueño refiere que fue en las comunidades indígenas donde se forjó como luchador social. «En la zona maya chontal tomé conciencia de lo que es trabajar desde abajo y con la gente pobre», recuerda. 

Su trabajo en las comunidades, afirma el propio presidente, le permitió contar con el gran apoyo de los chontales cuando se “enfrentó al régimen”. «Aquello fue todo un desafío. En Tabasco no había ni tradición opositora ni hábitos democráticos. Fue abrir brecha», sostiene

Es en esos momentos donde empieza a moldear su visión de izquierda: “Ser de izquierda, además de tener amor al pueblo y ser honesto, implica luchar para transformar. Eso es ser radical. Lo contrario es conservadurismo. El que no actúa para cambiar un régimen de injusticias y opresión, aunque sea buen teórico y viva criticando, no deja de ser conservador (…) La política es pensamiento, pero fundamentalmente es acción transformadora, revolucionaria”.

El tabasqueño también rememora que en aquella época de “luchador social” se enfrentó a los intentos de Ernesto Zedillo de privatizar las plantas petroquímicas. 

«De esa época también es el episodio en el que me abrieron la cabeza con un macanazo en una de las tantas acciones que hemos llevado a cabo en defensa del petróleo”, asevera. 

Andrés Manuel también arguye que como oposición, al frente del  Partido de la Revolución Democrática, se evitó que se estableciera el bipartidismo PRI-PAN, «tal como quería Salinas de Gortari».

El 5 de diciembre del 2000 tomó posesión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal (hoy Ciudad de México). Durante su administración, López Obrador presume de haber «evitado la corrupción y gobernar con austeridad para utilizar por completo el presupuesto en beneficio de la gente».  

El mandatario lanzó una retahíla de los logros alcanzados: “impedir que se hayan robado miles de millones de pesos como acostumbraban” -sin decir quiénes-, esfuerzos en materia educativa como la creación de universidades y preparatorias; el reforzamiento en la infraestructura del transporte público, el apoyo a emprendedores y empresarios, entre otras cosas. «Todo ello se logró sin aumentar impuestos y sin endeudar la ciudad», proclama. 

“Hay constancia que cuando goberné, la gente se sintió libre y satisfecha con mi gestión. Por eso me defendieron cuando el desafuero (…) La verdad es que esa fue la excusa que esgrimieron para tratar de evitar que mi nombre apareciera en la boleta electoral en las elecciones presidenciales del 2006. Pero la gente de la Ciudad de México, que está llena de bondad y de sabiduría política, me sacó adelante. Siempre mi principal defensor ha sido el pueblo”, expone Andrés Manuel.

Tras  su administración al frente de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel se embarcaría en una sempiterna búsqueda por la presidencia de México, perdiendo por una diferencia marginal en la primera ocasión ante el candidato panista Felipe Calderón, en lo que él llamó un fraude electoral.

“Aun con toda esa campaña negra, el día de las elecciones millones de mexicanos votaron por nosotros. No tengo duda de que en 2006 ganamos la Presidencia”, escribe López Obrador.

En 2012 sufrió otra derrota en su carrera por la presidencia, pero en aquel año contra el priísta Enrique Peña Nieto. Nuevamente, Andrés Manuel manifiesta que fue víctima de otro fraude electoral. 

“Luego del fraude de 2012 algunos opinaban que debía retirarme. Mis malquerientes sostuvieron que estaba viejo y políticamente acabado. Inclusive llegué a pensar en esa posibilidad y en afirmar en el Zócalo: ‘Quise ser como Juárez, como Madero, como el general Cárdenas y no pude o no quiso la gente’”.

Confiesa que estuvo a punto de dimitir de sus aspiraciones presidenciales, sin embargo optó por «pemanecer activo en la política», dando pie a la fundación de un «nuevo instrumento de lucha en 2011»: Morena

Encabezando el “Movimiento de Regeneración Nacional”, Andrés Manuel se presentó a los comicios presidenciales del 2018, logrando un triunfo aplastante en las urnas, obteniendo más del 50 por ciento de los votos, dejando una brecha de más de 30 puntos porcentuales sobre su más inmediato perseguidor, el panista Ricardo Anaya.

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