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Amore ne vanitate

Por Alejandro Basáñez Loyola

Así como el Taj Mahal fue construido por Shah Jahan para recordar eternamente el amor que tuvo por su esposa Mumtaz Mahal, el castillo Douglas fue edificado por Edmundo Ortega Douglas para honrar el ferviente amor que sentía por su esposa Carmen Llaguno Cansino.

Antes de hablar sobre esta famosa construcción, es importante mencionar a John Douglas, pionero y visionario inglés que invirtió en el desarrollo de Aguascalientes. Este hombre fue un aventurero que buscó fortuna a finales del siglo XIX en el México próspero de Porfirio Díaz. Hábil para los negocios y con un capital de inicio bien invertido, fundó la fábrica de productos de maíz La Perla en un estado pequeño, en tamaño y producción, comparado con Jalisco y Michoacán; apostó por la tecnología, poniendo la primera planta generadora de electricidad en la entidad; y a la par tanto de Nuevo Laredo como del DF, abrió una moderna red de tranvías eléctricos e inició la urbanización de la ciudad en 1905, comprando terrenos a agricultores para construir casas como las de la colonia Vázquez del Mercado, primer asentamiento hidrocálido moderno.

Su hija, Adela Douglas Valencia, se casó en 1887 con José Guadalupe Ortega. Su primer vástago, Edmundo Ortega Douglas, se convertiría más tarde en el famoso constructor del castillo Douglas.

Edmundo, enamorado perdidamente de Carmen Llaguno, mandó construir en 1923 un castillo medieval como en el que alguna vez vivieron sus ancestros en Escocia, según le contaba su abuelo. El arquitecto encargado del diseño del proyecto fue Federico Mariscal; sin embargo, quien lo edificó y le dio un toque muy personal fue el exitoso arquitecto sin título, pero con decenas de obras monumentales, José Refugio Reyes Rivas. Él, además, hizo el chalet neoclásico que está al lado del alcázar. Este edificio cuenta con el retoque de cantera en puertas y ventanas muy al estilo Reyes Rivas.

La obra fue terminada a tiempo para la boda de los enamorados, el 22 de mayo de 1925. De acuerdo con una vieja costumbre escocesa, apenas entraron los novios por una de las puertas, esta se selló y se convirtió en chimenea para evitar que el amor escapara del hogar recién formado. Hasta la fecha se puede contemplar esta preciosa chimenea, la cual representa el profundo amor de la pareja.

Se dice que Ortega Douglas decidió construir esta obra en honor a su abuelo inglés y el modelo lo tomó de un viejo alcázar en ruinas de Edimburgo.

La edificación es robusta y tiene toda la pinta de una fortaleza medieval de tiempos del rey Arturo. Al encontrarse con ella en el centro de Aguascalientes, es como si algo estuviera fuera de lugar en el tiempo y espacio. En su exterior, se ven amplios vitrales venecianos que realzan el lujo de la construcción. Hay torreones en cono y uno de ellos, el más alto, es la torre de observación. Un pequeño lago con cisnes alguna vez ensalzó el sitio, emulando al castillo de Maximiliano en Chapultepec.

Una gruesa muralla de roca lo aísla del exterior, como si estuviera lista para repeler un ataque furioso de algún rey de la serie Game of thrones. La fortificación está completamente construida con piedra de cantera de San Luis Potosí. La fachada tiene dos puertas que en su tiempo se utilizaron para diligencias y coches. La otra puerta comunica a la sala y sobre ella se encuentra el escudo de armas de la familia con la leyenda: “Amore Ne Vanitate” (Amor, no vanidad).

El castillo funcionó por décadas como el hogar de la familia Ortega Douglas. Si se considera el sótano como un piso más, el fortín cuenta con tres espaciosos niveles con varias recámaras y salones. En tiempos de la Guerra Cristera, contaba con su propia capilla para la realización de misas clandestinas.

Cuando Edmundo murió en 1970, su hogar quedó deshabitado y hoy en día, está en desuso. En 1997, se utilizó como restaurante-bar, pero varios clientes coincidieron en que cosas raras ocurrían. Sombras y ruidos extraños están presentes en las anécdotas contadas sobre el lugar, las cuales bien pueden entrar en el género de misterio.

Ojalá pronto halla un rescate de esta edificación, así como los realizados por Carlos Slim a varios palacios virreinales de la república mexicana, que ahora funcionan exitosamente como tiendas y restaurantes.

Para los interesados en esta maravilla, pueden pasar a visitarla, aunque sea por fuera, a la calle Vázquez del Mercado #102, en el centro de Aguascalientes.

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