El municipio de Ameca, ubicado estratégicamente como cabecera de la Región Valles en Jalisco, se consolida como un actor fundamental en el cultivo de agave destinado a la producción de tequila y sus derivados.
Esta región, que abarca 14 municipios con una extensión de 5,891 km² y una población que supera los 345,000 habitantes, juega un papel crucial en el entramado agroindustrial del estado, según datos del INEGI.
Auge del cultivo y retos de sostenibilidad
La expansión del cultivo de agave azul en Jalisco ha sido notable. En 2024, la cifra de plantas superó los 400 millones, distribuidas en aproximadamente 121,800 hectáreas y cultivadas por más de 15,000 productores, de acuerdo con el Consejo Regulador del Tequila CRT.
Este crecimiento exponencial, que marcó un incremento del 167% entre 2014 y 2023, ha presionado el uso del suelo, llevando a la siembra en zonas marginales.
Consecuentemente, esto ha generado desafíos ambientales significativos como la demanda hídrica, erosión del suelo y pérdida de biodiversidad, aspectos críticos para la sustentabilidad de la industria tequilera.
En Ameca, con su variada orografía y abundantes recursos hídricos, estos problemas se manifiestan localmente, urgiendo la adopción de prácticas agrícolas más sostenibles.
Diversidad genética y riesgo fitosanitario
La dependencia casi exclusiva de la reproducción asexual del agave ha provocado una preocupante pérdida de diversidad genética.
Investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM revelan que el agave azul ha perdido más del 99% de su variabilidad genética.
Esta homogeneidad genética hace que los cultivos sean extremadamente vulnerables a la proliferación de plagas y enfermedades, lo que representa un riesgo fitosanitario latente para toda la industria.
Modelo colaborativo para el clúster regional
La articulación entre diferentes actores es esencial para el desarrollo de un clúster resiliente. Si bien modelos como la «quíntuple hélice» —que integra gobierno, academia, industria, sociedad y productores— han sido estudiados en contextos de innovación, en Ameca este enfoque colaborativo está en sus etapas iniciales.
La vinculación entre instituciones académicas como el Centro Universitario de los Valles (CUValles) de la UdeG, autoridades municipales, productores y pequeñas destilerías es crucial.
Esta colaboración busca facilitar la transferencia de tecnología, mejorar la gestión del suelo y diversificar los productos derivados del agave, abriendo nuevas vías para el jarabe, la bioenergía y el mezcal artesanal.
Cadena de valor: desafíos económicos y equidad
La expansión de la denominación de origen del tequila, si bien ha potenciado las exportaciones a granel y la integración con grandes corporaciones, ha generado también desafíos para la equidad en la cadena de valor.
Este fenómeno puede diluir los beneficios económicos a nivel local, afectando particularmente a los pequeños productores de Ameca.
Innovación tecnológica y sostenibilidad ambiental
A pesar de ser tradicionalmente una industria ligera en investigación y desarrollo interno, la adopción de tecnologías digitales, la gestión eficiente de residuos y controles ambientales rigurosos son factores críticos para la competitividad y la sostenibilidad del tequila.
En el clúster de Ameca, la implementación de modelos de manejo basados en herramientas como el machine learning (para predecir plagas u optimizar el riego) podría optimizar los procesos productivos y reducir significativamente el impacto ambiental, fortaleciendo el perfil exportador del tequila local.









