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Amar más la trama que el desenlace: el camino de Kamaal McIlwain a la NFL

Llegar a ser un  jugador en la NFL puede ser descrito casi como un reto imposible, quimérico. De acuerdo con estimaciones de la  Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA, por sus siglas en inglés), aproximadamente el ínfimo 1.9% de los jugadores elegibles de futbol americano colegial logran dar el -enorme- salto a las ligas profesionales.

Pertenecer a una plantilla de cualquiera de las 32 franquicias que conforman la liga de fútbol americano más importante del planeta requiere de una combinación de muchos elementos: talento, esfuerzo, tenacidad, constancia, una ética de trabajo encomiable, resiliencia, fortaleza mental, suerte…son algunos de los más obvios, pero hay un sinfín de factores más que determinarán el éxito o no de la persona.

Alcanzar la cúspide de este deporte precisa de una voluntad inquebrantable durante años. Es una travesía que generalmente  inicia en la niñez o adolescencia y que demanda una disciplina cuasi militar. Casi una odisea. Una odisea que Kamaal McIlwain osó emprender desde los 6 años, cuando decidió que su sueño en la vida era competir en el nivel más alto del deporte que ama desde que tiene razón, sin importar la estadística en su contra, sin atender ese 1.9% sepulcral que podría desmotivar el anhelo de millones de niños que desean ser el próximo Aaron Rodgers, Tom Brady, o Von Miller.

La historia de Kamaal McIlwain

Kamaal McIlwain (Carolina del Sur, 1988) creció en una familia de bajos recursos. Fue criado por su madre soltera, al lado de su hermano mayor y su hermana más chica. No contaban con muchas cosas físicas o materiales, pero recuerda el amor que tenían entre ellos.

Era una lucha constante. No sabíamos si íbamos a tener para comer ese día, o si tendríamos un lugar donde dormir o  si nos veríamos forzados a pasar la noche en un coche”, refiere. Quizá el hecho de ver continuamente el cielo por las noches antes de dormir alentó sus sueños de llegar a la NFL.

Pero al momento de relatar las dificultades que atravesó, Kamaal es claro y menciona que no quiere inducir ningún sentimiento de lástima o pena. Señala que ha habido más personas que han pasado por situaciones aún más complejas:: «Mi historia no es única en ningún sentido. Hay muchísimos chicos que viven o vivieron la misma vida y atravesaron por las mismas o mayores dificultades«. (Nota del redactor: precisamente uno de los discursos más emotivos en la historia de los deportes en Estados Unidos lo ofreció el basquetbolista Kevin Durant, quien  rememoró los obstáculos que su familia y él tuvieron que sortear para alcanzar su sueño. Imposible no verlo).

A pesar de este panorama, Kamaal McIlwain se aferró a su sueño de convertirse en jugador de la NFL como a un clavo ardiendo.

«Trabaje y cultivé ese anhelo durante muchísimo tiempo. Es realmente duro llegar a ser profesional: requiere de una tenacidad mental y una voluntad muy arraigada de no renunciar a tu objetivo, sin importar las opiniones, las estadísticas o los hechos que te dicen que no lo lograrás. No puedes imaginarte cuántas personas me llamaron loco en mi pueblo. Cuando les decía que quería ser jugador de la NFL me decían: ‘ajá, y ¿qué mas quieres ser? Pero eso únicamente era gasolina para lograr mi sueño. Provocó que trabajase diez veces más fuerte para perseguir mi anhelo. Necesité creer en mí mismo durante 15 años. Tienes que sobreponerte a ese tipo de cuestiones y decir «no me importa: yo tengo la visión de llevarme a mí mismo a un nivel extraordinario. Y claro, ya que llegaste ahí, ayudar a las demás personas a que conquisten sus objetivos (reflexiona)…Incluso te diría que  ese es el gran reto, porque nada puede vencer al ayudar a alguien a que consiga lo que desee. «.

La trama por encima del desenlace

Tras estudiar en Newberry College,  Kamaal McIlwain fue contratado en 2011 por los Atlanta Falcons, dando inicio a su camino por el fútbol americano profesional. Durante cuatro temporadas, pasó por distintos equipos: los New Orleans Saints, Carolina Panthers, Kansas City Chiefs y los Buffallo Bills. Su sueño era jugar diez temporadas en la NFL: no lo logró.

Al no conseguir cumplir una de las metas que tanto añoró, McIlwain pudo haberse entregado a una actitud derrotista y deprimente. Tal vez adoptar una visión maniquea que lo condujera a definir como «fracaso» todo el esfuerzo que le costó llegar a donde llegó; tirar por la borda quince años llenos de experiencias y aprendizajes, como si no hubiesen existido.

Pero no, No duda ni un segundo. En él no se percibe ningún atisbo de arrepentimiento ni de pesadumbre. Olvidar el sinuoso camino que atravesó el niño del pequeño pueblo de Van Wyck, sería contradecir su propia perspectiva de la vida: 

«No nos gusta hablar de nuestros problemas ni del dolor que sufrimos, pero creo que son dos de los vínculos más importantes al entablar una conversación con una persona. Si conversas con alguien sobre lo que consiguió, naturalmente te va a compartir todo lo que tuvo que atravesar para alcanzar el lugar en el que está. Nos gusta hablar de los obstáculos que sorteamos y es normal: finalmente,  son los cimientos en los que nos sostenemos. ¿Cómo podrás haber crecido si no pasaste por etapas difíciles? ¿etapas de lucha

McIlwain-Leones: una relación idílica

La escuela de fútbol americano Leones-IDEA A.C. gestionó la visita de Kamaal McIlwain a Aguascalientes con el propósito de que compartiera sus experiencias como jugador profesional. Durante su periodo como agente libre, McIlwain ha ofrecido pláticas inspiradoras a niños, adolescentes y jóvenes para empoderarlos, para que luchen por convertirse en lo quieren ser.  Para Kamaal, el fútbol americano es una plataforma para realmente ayudar a las personas a cambiar su mentalidad.

«Para mí, el sentido de la vida es dar algo tan invaluable a alguien, que sea imposible que te lo devuelva. Brindarle algo que sin importar la cantidad exorbitante de dinero que te dé, no sea suficiente para que te regrese lo que le diste«, dice.

«Tienes que plantar semillas en la mente de las personas. Retarlos a hacer diez veces más grandes sus sueños; encender una chispa que los aliente a ambicionar algo todavía más alto. ¿Qué pasaría si todos los días te repites: ‘puedo hacerlo mejor‘?».

Por ello, alaba la cultura que  club Leones está implementando en sus jugadores: «Lo que está haciendo el coach Edgar García y todo su equipo de trabajo es invaluable. Está inculcando en los niños y adolescentes una cultura de trabaja fuerte, trabaja de manera inteligente, inspiradora, para que pueda ser lo que él se proponga ser. Ese niño llevará consigo mismo y para toda su vida los valores que le enseñaron aquí«.

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