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Alimentos frente a la contingencia: Las buenas prácticas de San Jacinto y Dilusa

La emergencia sanitaria actual por el virus COVID-19 ha obligado a muchas empresas productivas a parar, pero aquellas cuya participación en el consumo es indispensable, han tenido que implementar diferentes estrategias para no bajar la cantidad y calidad de sus productos. Un claro ejemplo es el mercado alimentario.

Aidé Martínez, Directora de Desarrollo Organizacional de Grupo San Jacinto, explica que ante la contingencia han planteado tres pilares en sus procesos: Sanidad y limpieza en el personal, cerco sanitario desde el ingreso a la planta hasta las áreas médica y de calidad, y apoyo de la comunidad y las familias de sus colaboradores:

“Nos estamos extendiendo hasta la comunidad de las familias, estamos trabajando de la mano con la iglesia, con el delegado de la comunidad y el presidente municipal”.

Rocío Adame, quien también encabeza el Departamento de Recursos Humanos en la empacadora de productos cárnicos, Dilusa, señala que desde hace dos años la compañía contaba ya con personal certificado para atender este tipo de contingencias. Esta misma capacitación ha aportado para que la empresa no pare su producción mientras sigue un protocolo de seguridad sanitario.

Igualmente, Aidé señala que contar con un vasto inventario de materia prima almacenada le ha permitido a Grupo San Jacinto cumplir con las demandas de su mercado: “Por ser un problema con raíces en la economía internacional, es difícil poder actuar después de que los mercados han dejado de comprar y producir”, afirma.

Anticipar escenarios futuros

Ambas directoras coincidieron en que este es un “momento en que tenemos que replantearnos” en muchos aspectos de la empresa.

Rocío expresa que no podrá sobrevivir a esta crisis ningún negocio que no revalore la manera en cómo hace sus actividades cotidianas; es por ello que, refiere, “el paro total no es opción para seguir creciendo”. Aidé Martínez añade que: “cada empresa debe enfocarse en hacer su labor lo mejor posible, para que se continúe empujando la economía nacional y mundial”.

Ambas refieren que ante todo es necesario crear un clima de previsión, solidaridad y trabajo en equipo. Rocío señala que es indispensable “transmitir a nuestra gente la seguridad de que esto va salir bien y pronto, que todos estamos en el mismo barco”.

Por otro lado, Aidé comenta que los esfuerzos hechos internamente en la empresa deben de extenderse a diferentes ambientes cotidianos del colaborador, siguiendo la filosofía de su empresa: «generar experiencias de vida extraordinarias«.

Así, en Grupo San Jacinto se han implementado estrategias de perifoneo en las colonias de los colaboradores, entrevistas a familiares, entrega de folletos y material de desinfección, entre otras medidas.

Para reaccionar a un posible contagio de coronavirus, nuestras entrevistadas coincidieron en que es necesario realizar y presentar a los colaboradores el protocolo de acción que se seguirá en estos casos. También es recomendable trabajar en conjunto con el Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes (ISEA).

Dilusa y Grupo San Jacinto han implementado medidas como la sanitización del transporte de personal y el establecimiento de cercos sanitarios para analizar el estado de sus colaboradores en el ingreso a sus plantas: “revisando temperatura, se les proporciona gel antibacterial, y si llegan a presentar la sintomatología inmediatamente se le canaliza al servicio médico y se llama a los teléfonos del ISEA”, afirmó Rocío.

Las especialistas precisan que es poco lo que se puede pronosticar frente a las consecuencias que esta crisis dejará, pero lo mejor será afrontarlas como empresa en conjunto, con una perspectiva optimista, creativa y dispuesta a reinventarse.

Un sector que no puede parar

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de Comercio, México es el décimo exportador agroalimentario más importante en el mundo, cuyo valor supera los 35,000 millones de dólares a nivel anual. Esta cifra supera a las divisas generadas por otros sectores importantes como el petróleo, el turismo o las remesas que recibe nuestro país.

El impacto económico y en generación de empleos de este mercado es tan alto, que difícilmente puede permitirse parar. Tan sólo Dilusa y Grupo San Jacinto representan alrededor de 720 colaboradores y ante la situación actual, buscan contrarrestar los efectos de esta crisis sin descuidar la salud de sus empleados y consumidores: “Que cada empresa se enfoque para hacer su labor lo mejor que se pueda para que se continúe empujando la economía”, concluyó Aidé Martínez.

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