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Algunas cosas que podemos aprender de Lionel Messi en el Barcelona

Lionel Messi no se retiró del fútbol profesional, pero la conmoción que causó la noticia de su salida del Barcelona se asemeja a algo similar. Millones de aficionados del club blaugrana -y también del balompié en general- sintieron una especie de orfandad ante el adiós de uno de los máximos ídolos deportivos del deporte internacional de la casa donde se forjó. 

Al parecer, en esta ocasión particular todos los caminos conducen a París, por lo que antes de que se oficialice su fichaje por el club francés, rescatamos tres lecciones que nos ha dejado la carrera laureada carrera de Messi, un recorrido que lo ha encaminado a ser de manera casi unánime el mejor futbolista de la historia.

Y es que resulta difícil argumentar lo contrario cuando hablamos de un jugador que atesora seis balones de oro -se enfila a ganar el séptimo-, cuatro Ligas de Campeones, 10 Ligas, siete Copas del Rey, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa  y ocho Supercopas de España en su paso por la Ciudad Condal. 

El éxito implica enormes sacrificios (y tiempo)

Al cumplir los once años, Messi fue diagnosticado con Deficiencia de la Hormona de Crecimiento, padecimiento que retrasó su crecimiento óseo. Este problema lo hizo someterse a un tratamiento con base en inyecciones diarias para paliar el padecimiento. 

Una vez por noche me iba pinchando la hormona del crecimiento. Iba cambiando de pierna. Primero una, después otra. No me impresionaba. Al principio me la ponían mis padres, hasta que aprendí y lo fui haciendo solo”, compartió Lionel en una entrevista televisiva. 

Esa rutina la extendió durante tres años, pero problemas económicos familiares complicaron su atención. El club para el que jugaba, Newell’s Old Boys, no pudo costear el tratamiento. River Plate tampoco quiso sufragar los gastos. 

Siendo adolescente, emigró a España para enrolarse con el Barcelona, club que se hizo responsable de su tratamiento. No obstante, pese a adaptarse rápidamente a su nuevo entorno, sí pasó fueron unas de las épocas más difíciles para el argentino, pues su familia no pudo aclimatarse por lo que se regresó a Rosario, Argentina, provocando etapas de tristeza y desorientación. 

No obstante, aferrado a una perseverancia mayúscula, el joven imberbe logró sortear los obstáculos que la vida le iba presentando.

Tienes que luchar para alcanzar tu sueño. Tienes que sacrificarte y trabajar duro para lograrlo”, dijo alguna vez sobre las bases que cimentaron su carrera como profesional. 

«Me tomó 17 años y 114 días para convertirme en un éxito de la noche a la mañana«, mencionó en otra ocasión haciendo referencia a su debut como futbolista en el primer equipo.

Un mensaje similar compartió en 2017 el director técnico argentino Marcelo Bielsa a, en aquel entonces, su pupilo en el Marsella Benjamin Mendy:

Ser el mejor te quita felicidad, horas con tu mujer, con tus amigos, te quita fiestas, diversión. Ustedes [los futbolistas] tienen un problema muy grande. Muy, muy grande. Tienen dinero pero no tienen tiempo para disfrutar del dinero que tienen. Lo que el dinero te da en términos de felicidad. Eso yo ya lo sé porque lo he visto infinidad de veces. Ustedes quisieran comprar el tiempo. Pagarían por poder hacer eso, como pagaría cualquier persona. Entonces, el éxito te quita la posibilidad de ser feliz. También es una elección, también es una elección”. 

No hay techo para la mejora

Pese a ser considerado por mucho tiempo como el mejor definidor, asistidor, regateador y cobrador de faltas, Lionel nunca pecó de conformismo, impulsando su longeva y exitosa carrera a través de una permanente búsqueda por mejorar cualquier faceta de su juego. 

No por nada, la estrella sudamericana llegó a declarar: “Tengo muchos años para mejorar cada vez más, y esa debe ser mi ambición. El día que pienses que no hay mejoras por lograr, es un día triste para cualquier jugador”. 

Una de las anécdotas que pueden reflejar esta visión es la ocurrida hace más de una década, cuando Diego Armando Maradona dirigía a la selección argentina. El preparador físico del equipo, Signorini, comentó que tras finalizar un entrenamiento, Messi se quedó en el campo junto con otros dos compañeros para afinar la ejecución de las faltas. 

El 10 de la albiceleste no percibía mejora en sus tiros, y al ver eso, Diego se acercó para sugerirle unos cambios en el golpeo de la pelota:

Poné la pelota acá y escúchame bien: no le saques tan rápido el pie a la pelota, porque si no ella no sabe lo tú quieres”, le recomendó Maradona.

A partir de esa lección, Messi comenzó a mejorar progresivamente la efectividad de sus tiros libres. Signorini mencionó que esa anécdota ilustró la humildad de ambos personajes: de Lionel, al aceptar el asesoramiento y la instrucción de un tercero, y de Maradona al compartir su sabiduría con quien fue identificado como su sucesor. 

Valora al equipo que te rodea

Si bien en el Barcelona casi siempre  estuvo rodeado por jugadores legendarios (Xavi, Iniesta, Alves, Busquets, Piqué), Messi era el puntal que desnivelaba la balanza a favor del conjunto blaugrana.

Sin embargo, el argentino nunca escatimó en elogios a sus compañeros, al señalarlos como responsables de los éxitos del equipo, rehusando a acaparar el crédito por las victorias del Barcelona.

«Tengo la suerte de ser parte de un equipo que me ayuda a lucir bien, y ellos merecen tanto crédito por mi éxito como yo por el arduo trabajo que todos hemos realizado en el campo de entrenamiento«”, ha dicho la Pulga.

En este sentido, también ha tenido claro que los títulos colectivos son más importantes que los individuales, relegando a estos últimos a un segundo plano:

Cuando empieza el año el objetivo es ganarlo todo con el equipo, los récords personales son secundarios”, manifestó el argentino. 

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