El fútbol siempre da revanchas. Continuamente otorga segundas oportunidades para olvidarnos de las desilusiones pasadas y resarcirnos con la victoria. Para Alfonso Sosa Cisneros, su llegada al banquillo del Necaxa representa precisamente eso: una posibilidad de reivindicación.
“Me siento muy agradecido y encantado de regresar a la que considero mi casa. Yo la veo (su contratación) como una nueva oportunidad, una de tantas que nos brinda nuestro hermoso deporte y que finalmente tras hacer -creo- los méritos necesarios suficientes ascendiendo equipos, ahora llega una oportunidad con un proceso completamente distinto (a los anteriores que dirigió)”.
Habituado a entrenar equipos que compiten por permanecer en la Máxima Categoría, esta será la primera vez que Sosa dirigirá una escuadra que no atraviesa problemas porcentuales. Por ello, el jalisciense no duda en ponerse como objetivo el título en el mediano plazo:
“Mi visión y objetivo es el mismo. Con continuidad, en Primera División me veo levantando la copa. Me gustaría hacerlo en el Necaxa, por supuesto, sería el más feliz. Si no fuera aquí, en algún otro lado, porque repentinamente puedes cambiar de equipo. Pero yo lo tengo muy claro: en tres años estar levantando la copa, y trabajaremos aquí para que en ese lapso lo podamos conseguir”.
Un férreo propósito que no puede trastocar las salidas de jugadores importantes como Cristian Calderón o Jesús Angulo: “Llegamos con la ilusión de hacer caminar al equipo con la gente que tengamos, con la materia prima que dispongamos. En eso no hay ningún tipo de justificación”.