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Alejandro Madrazo: “El presidente quiere que nos sometamos a su voluntad”

La comunidad científica, académica y cultural del país ha manifestado su categórico rechazo contra la iniciativa urdida por Andrés Manuel López Obrador y aprobada por la Cámara de Diputados que extingue 109 fideicomisos, entre ellos los dedicados a diversos campos como la ciencia, la cultura, el periodismo, el cine, la defensoría de los derechos humanos, la defensa de víctimas, entre otros. 

Dentro de esas voces, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) ha sido una de las más claras en advertir el significado y las consecuencias del proyecto de López Obrador no sólo para su institución, sino para el devenir del país. 

El Dr. Alejandro Madrazo Lajous, director del CIDE Región Centro, subraya que los fideicomisos públicos tienen varias funciones primordiales. Una de estas es separar el financiamiento público y privado de los ciclos políticos.  Pero ahora, ante su disolución, la ciencia, la cultura, el periodismo y los derechos humanos, campos afectados por el dictamen, quedarán sometidos al “capricho de la política”, refiere.

El común denominador de estos fideicomisos es que son espacios críticos al poder (…) No es el dinero de los fideicomisos lo que está en juego, es la capacidad de poder hacer nuestro trabajo sin depender de la voluntad del señor presidente. Y lo que quiere él es que nos sometamos a su voluntad. Es una movida para concentrar el poder de proporciones históricas”, alerta. 

El profesor investigador del CIDE expresa que la autonomía de la academia, la cultura, el cine y los campos afectados por la eliminación de los fideicomisos se está revirtiendo súbitamente. 

Es una regresión autoritaria y centralizadora como pocas han habido en este país ”, agrega. 

Originalmente, una de las razones esgrimidas por el presidente para disolver los fondos era la necesidad de obtener recursos para hacer frente a la pandemia y la crisis económica derivada de la COVID-19. También arguyó que los fideicomisos se “operaban de forma discrecional”, por lo que al transferirlos a la Federación se “evitarán malos manejos”. 

Un argumento falso, señala Madrazo Lajous, pues manifiesta que precisamente los fideicomisos públicos fueron concebidos para eliminar la discrecionalidad y opacidad en la transferencia de recursos -”característica de la política mexicana”, acota- a través del establecimiento de reglas claras y transparentes para dotar de certidumbre a los donantes o inversionistas. 

Asimismo, añade que el monto recaudado de los fideicomisos no representa una cifra significativa para defender su colocación en las arcas de Hacienda como un mecanismo para hacer frente a la pandemia. 

¿Cómo afecta al CIDE la extinción de los fideicomisos?

Particularmente, el director del CIDE Región Centro señala que la extinción del fideicomiso dirigido a la ciencia y tecnología impactará drásticamente en el presupuesto de la institución. 

Alejandro Madrazo sostiene que alrededor del 45% del patrimonio del centro se encuentra en los fideicomisos, un porcentaje fundamental para la identidad del CIDE dado que gran parte de estos recursos se destinan a proyectos de investigación. 

El académico explica que el CIDE obtiene fondos para llevar a cabo estos proyectos a través del financiamiento de organismos internacionales.

La región centro ha captado alrededor por lo menos 113 millones 250 mil pesos en 80 proyectos fondeados por diversas instituciones filantrópicas como Open Society Foundation, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Ford Foundation, el Banco Interamericano de Desarrollo, por decir algunos, además de gobiernos estales y municipales de México.

Todo estos recursos entran al fideicomiso porque dan reglas claras y transparentes y les da seguridad a todos esos donantes de que el dinero será utilizado conforme se acuerda con ellos y no para otro fin. Ese dinero se utiliza para las investigaciones que hacemos: levantamiento de campo, aplicación de encuestas, pago de viáticos, publicaciones. Es dinero que el CIDE no tiene; son recursos que obtenemos a través de los fideicomisos”, detalla. 

Mario Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, ha dicho que no desaparecerán los recursos, sino únicamente la “burocracia” de los fideicomisos. Si eso ocurre, los centros de investigación verán limitada la obtención de recursos porque las fuentes de financiamiento no querrán poner el dinero para los proyectos porque no tendrán la certeza de que estará protegido por el fideicomiso, aclara Madrazo Lajous.

Pero por otra parte, cuando sí haya dinero, al no estar protegido por las reglas del fideicomiso, sino sujeto a las reglas de la administración pública, pues vamos a tener que pedirle permiso a la Dra. Álvarez-Buylla o al Secretario Herrera de Hacienda para la realización de proyectos…¡Y eso es catastrófico para un centro como el CIDE! (…) La crítica social [a través de la investigación] quedará severamente golpeada y sometida al poder ejecutivo”, advierte.

El Dr. Alejandro Madrazo pone el ejemplo más cercano a su experiencia. El profesor investigador creó el Programa de Política de Drogas, “uno de los primeros espacios académicos en México que analizan el fenómeno de las substancias ilícitas, la política de las drogas y sus consecuencias a partir de las ciencias sociales”, el cual goza de reconocimiento a nivel nacional e internacional.

El propio académico ha logrado levantar alrededor de 1.5 millones de dólares para las investigaciones del proyecto a través del fideicomiso. Nadie ha generado tanta investigación en torno a la política de drogas como este programa, a la catástrofe que ha sido la guerra de Calderón. Es una crítica muy poderosa a la administración anterior”. 

Con la extinción del fideicomiso, el Gobierno Federal podrá marcar la agenda de investigación de los centros, con la posibilidad de bloquear a aquellas que le resulten ajenos a sus intereses. 

Otro ejemplo de ello es la investigación llevada a cabo por el Dr. Fernando Alarid Escudero, profesor del CIDE Región Centro y líder del Proyecto de Análisis de Decisiones para Contextos Inciertos (PADeCI), bajo el cual se realizó el modelo el SC-COSMO, hasta el momento la proyección más exacta del impacto sanitario de la pandemia por COVID-19 en México con relación al número de infectados, casos diagnosticados, hospitalizaciones y defunciones. 

El proyecto, financiado por organismos internacionales a través del Fideicomiso, fue presentado a las autoridades sanitarias, pero fue desestimado, por otros “más optimistas”,señala Madrazo Lajous. 

«¿Qué pasó? Que sus cifras ya fueron rebasadas. La proyección hecha por el equipo del Dr. Alarid es el único modelo que le ha pegado a la evolución de la pandemia y fue construido aquí, con financiamiento externo, independiente, que no tuvo que obedecer a un permiso del gobierno federal. De ahí la importancia para el Gobierno de controlar a los científicos«, detalla. 

El poder de la conciencia ciudadana

Tras la nominación de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 2015, el Dr. Alejandro Madrazo, la Dra.Catalina Pérez Correa y el Dr. Jorge Javier Romero decidieron manifestar su total rechazo a la proposición hecha por Enrique Peña Nieto. 

Después de analizar varias alternativas, Madrazo Lajous colgó una carta en la plataforma Change.org dirigida al Senado exhortando la desestimación de la propuesta hecha desde Los Pinos. Pese a recabar más de 60 mil firmas de apoyo, Medina Mora fue designado como ministro. 

Pese a la derrota, el director del CIDE Región Centro observó que hubo una inédita movilización ciudadana para manifestar la desaprobación ante el nombramiento. 

“Para mí el gran éxito fue que, a pesar de que sí se nombró a Medina Mora, se  generó conciencia sobre la importancia de los nombramientos de la SCJN (…) En el activismo, y eso lo he aprendido dolorosamente con algunas derrotas, es más importante construir la masa crítica que ganar la batalla específica. A veces pierdes la batalla específica, pero logras concientizar a más gente de que algo aquí está muy mal, y de que sí podemos hacer algo al respecto, y que es creíble que se haga algo al respecto” reflexiona.

Algo similar ocurre con el tema de los fideicomisos, sostiene el académico. Semanas atrás el Dr. Alejandro Madrazo publicó una carta en Change.org para la defensa de los mismos. Bajo el lema #NoNosPoliticen, la carta roza las 80 mil firmas de respaldo. 

El profesor investigador pone de relieve la relevancia de la conciencia ciudadana, pues «si no estamos conscientes de estas transformaciones, se construyen monstruos que después no podemos parar«.

Un ejemplo es el proceso de la militarización de la seguridad pública del país, la cual “hoy parece imparable”, asevera. Madrazo Lajous sostiene que si en 2006 hubiese habido consciencia, en lugar de alabar a Felipe Calderón por militarizar al país en su guerra contra las drogas, se habría detenido esta transformación. 

No obstante, manifiesta que gracias a la concientización de años posteriores, se ha ido conteniendo la militarización. Expone como ejemplo la inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior, así como la impugnación al decreto militarista de AMLO que determina la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública. 

Es la concientización social pública, de los ciudadanos, lo que puede contener los atropellos. El cargo más importante que crea la Constitución es el de ciudadano. Y ese lo tenemos que ejercer todos los días. Y si no lo ejercemos todos los días, quienes sí lo ejercerán serán las autoridades”, enfatiza.

El segundo cargo más importante, aunque no venga explícitamente en la constitución, pero todo el sistema está diseñado dependiendo de la existencia de esa figura, es la oposición. Por eso es fundamental tener una oposición creíble y que no tenga cola que le pisen. Cuando tienes una oposición que tiene cola que le pisen, es muy fácil callarla desde el poder. Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta. Y quienes tenemos la cola corta, somos los ciudadanos. Lo que tenemos que hacer es construir una oposición y exigir que sea creíble, con cola corta y lengua larga. Entonces sí el sistema constitucional volverá a funcionar”, concluye.

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