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“Al que trabaja siempre le irá bien”

Roberto Díaz Ruiz hizo del trabajo un hábito desde que era pequeño. Su abuelo, Rafael Díaz López, fue su principal mentor; él vio en Roberto, su primer nieto, una figura a quien transmitirle su pasión por trabajar y por apoyar a los demás. Aquel niño supo apropiarse de esa filosofía que su abuelo le enseñó y hoy, a sus 76 años, es reconocido como uno de los principales empleadores en Aguascalientes a través de Fletes Chihuahua, compañía que dirige y que lo ha convertido en uno de los iconos más representativos del crecimiento del estado.

Y es que Roberto vivió muchos de los procesos de cambio que tuvo la entidad en su historia reciente: desde el auge de la industria de la fundición hasta el desarrollo de otros sectores como el agroindustrial, el maquilador y el automotor. Pero de todas esas vivencias, hay una particularidad que a Díaz Ruiz le gusta resaltar de la tierra hidrocálida: la calidad humana de su gente.

De acuerdo con Roberto, el entorno de Aguascalientes ha construido una cultura con mucha visión para trabajar, emprender y ahorrar: “Nunca fuimos una entidad con muchos recursos o capital, lo que nos hizo acostumbrarnos a buscar nuestra propia forma de trabajar y de emprender”, refiere el empresario.

Nacido en el municipio de Calvillo, Díaz Ruiz se dice fuertemente comprometido con Aguascalientes. En su trayectoria, fungió como presidente del Patronato de la Feria, cargo bajo el que ideó proyectos como la Casa del Abuelo y la remodelación de la Villa Charra. Además, lleva 30 años como presidente estatal de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar) y es consejero de Coparmex. En entrevista con Líder Empresarial, la voz de la experiencia de don Roberto Díaz Ruiz nos relata su historia.

Líder Empresarial (LE): ¿Quién fue su principal mentor?

Roberto Díaz (RD): Recibí un gran ejemplo de mi abuelo, Rafael Díaz López, quien se dedicó a la agricultura y le compartió el gusto a mi padre, quien también incursionó en el comercio. Fui su primer nieto, por lo que nunca me soltaba. Fue de los primeros transportistas del estado y me alentó a seguir su ejemplo.

LE: ¿Cómo surge su pasión por el trabajo?

RD: Desde pequeño siempre soñé con tener mi primer huerto. Al conseguirlo, comencé a llevar frutas a la Ciudad de México, que era nuestro mejor cliente; pero por la misma necesidad de transporte, compramos nuestro propio camioncito para llevar al mercado de La Merced nuestro producto. Poco a poco empezamos a ver que hacían falta más camiones para transportar cada vez más fruta, por lo que tomamos mucho más en serio este sector y fue cuando el transporte se volvió muy importante para mí.

LE: ¿Qué ha cambiado desde entonces?

RD: El clima laboral en Aguascalientes se ha mantenido por nuestra forma de ser, nuestra gran cultura del trabajo. Lo que ha cambiado es la cultura sobre el cumplimiento de la palabra. Antes no eran necesarios tantos documentos firmados; fue un tiempo muy bonito. En aquellos años ibas tú a la agencia y con 10,000 pesos que llevaras ya te traías un camión nuevo y a trabajar. Ahora todo es mucho más complicado. Antes vendías tu camión de fruta completo en un ratito, sacabas el efectivo y te regresabas; la seguridad, los procesos, todo era mucho más sencillo.

LE: ¿Cómo definiría usted al empresario hidrocálido?

RD: Es gente que, en su mayoría, ha empezado desde abajo. En Aguascalientes nunca hubo grandes capitales, salvo unos pocos, por lo que el empresario se acostumbró a emprender, una inquietud que nosotros hemos tenido con los muchachos: más que buscar que ellos consigan un buen trabajo, queremos que generen empleo para más gente, por lo menos para dos personas más. Eso nos ayuda a crecer como estado y país; debe de ser una labor de equipo, cada uno de nosotros debe poner de nuestra parte.

LE: ¿Cuál es la clave para que una empresa siga creciendo?

RD: Los colaboradores. Más que los bienes materiales, es el factor humano el que hay que tratar de conservar siempre. Si no das el trato y recurso que requieren tus empleados, las pérdidas son más grandes. Hay que lograr la permanencia de nuestros trabajadores y hacerlos sentir parte importante del funcionamiento del negocio.

LE: ¿Qué consejo le daría a quien quiere emprender una empresa?

RD: No creo ser capaz de darles un consejo, pero la disciplina y el entusiasmo para trabajar son claves. Algo que a veces creen los muchachos es que al poner un negocio inmediatamente pueden empezar a exprimirlo, pero no. En primer lugar, hay que dedicarle el mayor tiempo posible; nos da tristeza que cerca del 50 por ciento de las empresas que se emprenden no soportan los primeros dos años. Luego, vienen los siguientes cuatro o cinco años en los que también hay una gran mortandad.

Mi recomendación es que cuando fracases en algo que emprendas no lo tomes como un factor que lesione tu vida, sino como un aprendizaje sobre qué debes hacer diferente para obtener mejores resultados.

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