Grandes empresas han iniciado en el garaje de una casa, en un espacio que está destinado a ser el estacionamiento del automóvil o el almacén de todo aquello que ya no se usa. Ahí comenzó ALKUBO hace seis años, con un pizarrón, una mesa, un par de computadoras y grandes ideas.
Rafael Romo y Raúl de Luna Vargas, que habían dejado sus empleos para crear su propia firma de servicios especializados en estrategia y alineación empresarial, tenían un objetivo claro: generar proyectos consistentes, que crearan ventajas competitivas para las organizaciones, mediante el desarrollo de soluciones únicas.
“La arquitectura refleja estética, pasión, funcionalidad, trascendencia, por lo que visualizamos a los negocios como edificios».
Para lograrlo, decidieron valerse de la arquitectura empresarial, una disciplina que formaliza y provee la metodología para definir el diseño integral de las compañías de manera estructurada. Para ello, toma en cuenta la estrategia, el modelo y procesos de negocio, los productos o servicios; así como las competencias de los colaboradores.
Las analogías de la empresa como edificio y la arquitectura como la unión de conceptos que buscan diseñar a la organización desde sus cimientos hasta su consolidación, definen la esencia de ALKUBO.
“La arquitectura refleja estética, pasión, funcionalidad, trascendencia, por lo que visualizamos a los negocios como edificios […] La arquitectura empresarial correlaciona todas las áreas, principalmente la de dirección general; para nosotros es fundamental su participación dentro de este análisis”, comenta Rafael Romo.
¿Por qué arquitectura empresarial?
Porque posibilita la alineación de todos los departamentos de la empresa con su estrategia, creando una perspectiva y proyección a futuro mediante la optimización, transformación y ejecución con resultados concretos.
La simbología de ALKUBO y su modelo arquitectónico empresarial tienen sus bases en tres dimensiones:
- Estrategia: visión, misión, modelo de negocio, objetivos estratégicos
- Táctica: planes, metodologías
- Estructura: capital humano, recursos tecnológicos y financieros, infraestructura
Rafael y Raúl son catalogados como “asesores intervencionistas”, porque no tienen miedo de remangarse la camisa y formar parte de los procesos internos de las organizaciones. Así, logran entender las necesidades de cada cliente, hacen un diagnóstico detallado y elaboran un paquete específico.
“Nosotros no somos una firma de asesoría regular, no nos limitamos a dictar qué hacer e irnos, sino que ayudamos a resolver los problemas rescatando el talento de los miembros de la empresa para implementar las mejoras”, agrega Raúl de Luna.
«No nos limitamos a dictar qué hacer e irnos, sino que ayudamos a resolver los problemas rescatando el talento de los miembros de la empresa para implementar las mejoras”.
El modelo de ALKUBO tiene sus fundamentos en las bases internacionales de administración, aplicables en cualquier giro; su única limitante está en los micronegocios, los cuales no tienen infraestructura suficiente para implementar las alternativas de solución.
Sus clientes van desde Bizon o La Huerta hasta compañías de construcción y clínicas dentales.
Sus tres principales servicios son:
- Estrategia empresarial en alta división
- Alineación empresarial
- Apoyo en la implementación de sistemas de información para la toma de decisiones
Su experiencia con Endeavor
ALKUBO trabaja en conjunto con Endeavor para orientar a otras empresas. Como mentores de la aceleradora de negocios, Rafael y Raúl escuchan a los emprendedores de alto impacto, comprenden su situación y les brindan las herramientas que necesitan para escalar; pero ellos también aprenden. De hecho, el aprendizaje es recíproco.
“Ser mentor significa escuchar, identificar e interpretar oportunidades. Guiar y enriquecer a través de conocimientos y experiencias, para finalmente aprender de todos y cada uno de los emprendedores. En ocasiones, nos llevamos más de lo que aportamos”, señala Romo.
Además del networking, la compartición de conocimientos y el empoderamiento de talentos han sido las acciones más gratificantes de su colaboración con Endeavor.
“La satisfacción de poder servir a otros, aunque sea un poco, es una de las cosas que más trascienden en nosotros. Lo económico pasa a segundo plano, nos enriquece más la experiencia”, expresa Vargas.