Por María José Valdez Martínez
Cofundadora 02X y Venture Studio Mexico
“No ahorres lo que te queda después de gastar… Gasta lo que te queda después de ahorrar.”
Warren Buffett
¿Ahorrar o invertir? Ésta es la pregunta que tarde o temprano un dueño de empresa se hace al contar con un excedente de dinero. Desde una perspectiva de economía personal, familiar o empresarial, siempre se tiene la opción de escoger entre estos dos caminos: el conservador del ahorro, que te da tranquilidad, o el riesgoso de la inversión, que te puede dar nuevas oportunidades. ¿Cuál es mejor?
En cualquier etapa de la vida te enfrentarás a esta duda: cuando tienes tu primer trabajo y no sabes si darte una buena vida para aprovechar tu nueva independencia o ahorrar para planes futuros, cuando recién te casas y no sabes si viajar o ahorrar para cuando tengas hijos, cuando formas una familia y no sabes si comprar una casa o emprender un negocio, cuando eres empresario y no sabes si guardar dinero para flujo o invertir en un proyecto innovador.
La diferencia principal entre ahorrar e invertir es que la primera significa reservar una parte de tu capital para conseguir un objetivo futuro y para tener la tranquilidad de que lo acumulado podrá utilizarse en algún imprevisto (a pesar de esto, el recurso se considera “ocioso”). Y la segunda implica poner ese dinero “ocioso” a trabajar para obtener un beneficio mayor, pero con algún tipo de riesgo.
Siempre hay excepciones a la regla, no quiero generalizar, pero las mujeres por naturaleza somos conservadoras y nos gusta la seguridad; somos responsables, constantes; nos ajustamos a un plan y vemos a largo plazo. Por el contrario, a un hombre le gusta sentir la adrenalina y arriesgarse para lograr algo nuevo, son aventurados, no se preocupan tanto por las finanzas y buscan crecer de manera rápida. Ninguno de los dos perfiles es el correcto o el mejor. Según mi experiencia, en los negocios, como en un matrimonio, debe existir un equilibro entre ambas perspectivas.
Por eso, es importante que dentro de tu equipo de trabajo cuentes con perfiles diversos, con los conservadores y los aventureros. Si únicamente tienes colaboradores amantes del peligro, entonces nadie pondrá un freno ni pondrá los pies en la tierra para ejecutar las ideas más viables. Y si sólo cuentas con personas conservadoras, terminarás cayendo en una zona de confort, porque ya no buscarás crecer por el miedo a fracasar o perder dinero.
Analiza los perfiles de las cabezas de tu empresa. Si eres el director, entonces consigue personas que tengan lo que tú no tienes para complementarte.
Ahora, ¿ahorras o inviertes? La respuesta no es ni una ni otra, puesto que son procesos complementarios: nunca podrás hacer una inversión importante si no lograste primero acumular el capital necesario.
Lo importante es fijarse metas claras, así sabrás cuánto dinero necesitarás para lograr qué y mediante qué recursos podrás alcanzarlo. Por ejemplo, si tu objetivo es construir una nueva planta en dos años, entonces tus ventas en esos dos años deben permitirte tener el excedente necesario para lograrlo; asimismo, debes aplicar políticas que propicien el ahorro y cerciorarte de que tu capacidad instalada posibilita el cumplimiento de esas ventas.
Muchos empresarios exitosos tienen en común el empezar sin un centavo, trabajar y ahorrar todo lo posible (la mayoría de ellos lo hizo para cubrir sus estudios, inversión que los ayudaría a profesionalizar su perfil emprendedor). Me refiero a empresarios como Howard Schultz (presidente de Starbucks), Jan Koum (cofundador de WhatsApp), Shahid Khan (dueño de prestigiosos equipos de fútbol) y la famosa Oprah Winfrey (una de las presentadoras de televisión más famosas).
En el momento en el que realices una inversión debes tomar en cuenta que existe siempre un riesgo de pérdida parcial o completa del dinero, por lo que te recomiendo “no poner todos los huevos en una sola canasta”. Distribuye tus inversiones y nunca pierdas la cultura del ahorro.