«En los próximos dos o tres años, habremos migrado toda nuestra producción de coches pequeños a México», dijo este miércoles el CEO de Ford, Mark Fields, durante una conferencia de inversores en Detroit, Michigan.
Más que incidir en la carrera presidencial de Estados Unidos, la decisión tiene motivo en enviar la producción de márgenes de ganancia bajos a México para aumentar el enfoque en SUVs y camiones en el país del norte.
Es preciso recordar la fuerte crítica que el entonces precandidato Donald Trump hiciera a Ford por luego de anunciar una inversión de 1,600 millones de dólares para la construcción de una planta en San Luis Potosí, y cuya operación traería consigo 2,800 nuevos empleos sin afectar a los del país vecino.
La multinacional iniciará la producción en 2018 para lo cual invertirá 1.6 billones de dólares. El Ford Focus y el C-Max serán los vehículos cuya producción será trasladada al país.
La planta de ensamblaje de Ford en Michigan, que en la actualidad fabrica los coches pequeños, se dedicará a la producción de nuevos productos -posiblemente vehículos más grandes– en virtud de un contrato firmado el año pasado con el sindicato United Auto Workers.