En la edición 2016 del Índice de Competitividad Estatal (ICE) del IMCO Aguascalientes repitió como uno de los estados más competitivos a nivel nacional. Por segundo año consecutivo la entidad se posicionó como la segunda con mayor atracción de inversión y retención de talento a nivel nacional sólo por debajo de la Ciudad de México.
Aguascalientes destaca por ser el único estado que logró mantener bajos niveles de homicidios y secuestros y, por consiguiente, una mayor percepción de seguridad. Además se ha colocado como la segunda entidad federativa que más ha crecido en lo últimos 10 años con un 4.9 por ciento a la fecha.
“Aguascalientes es el segundo estado más competitivo debido a una adecuada administración de su gobierno, al desarrollo de su potencial innovador y a la gestión sustentable de sus recursos naturales.
En 2014 fue el segundo estado con mayor proporción de la población de 18 años o más interactuando con el gobierno por medios electrónicos (37.5%), logró el segundo percentil más bajo en registro de una propiedad (0.075), el mayor índice de complejidad económica en sectores de innovación (2,040), así como con el mayor volumen tratado de aguas residuales (2.6 litros por segundo por cada mil personas), también alcanzó la menor pérdida en superficie cubierta por árboles (0%) y registró la mayor disposición adecuada de residuos sólidos (98.9%). Sin embargo, no deben perderse de vista que existen importantes barreras para el registro de candidatos independientes que deseen ser gobernadores, así como poca participación ciudadana en elecciones federales”, apunta el organismo.
Atrás de Aguascalientes, Nuevo León, Colima y Querétaro completan los 5 mejores puestos del ranking. Al otro lado, Chiapas, Oaxaca, y Guerrero se ubicaron con el peor desempeño.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, en términos generales, aunque se observan avances en el manejo del medio ambiente, Estado de derecho, sistema político y estabilidad económica, principalmente, también hay áreas que no deben desatenderse: la creciente generación de residuos sólidos, el aumento en la tasa de secuestros, las altas percepciones de corrupción y el crecimiento de la deuda son algunas de ellas.
El índice de Competitividad mide la capacidad de las entidades federativas para atraer y retener talento e inversiones. Lo que se traduce en mayor productividad y bienestar para sus habitantes.