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¿Adiós, EE.UU.? México ya compra carne alemana y sustituye la estadounidense

La diversificación de mercados en el comercio exterior mexicano ya es una realidad. Ante las medidas arancelarias que Estados Unidos impuso a México recientemente, la Secretaría de Economía de nuestro país devolvió el golpe al anunciar un cupo libre de arancel por hasta 350 mil toneladas a las importaciones de productos de puerco provenientes de cualquier nación, exceptuando la Unión Americana, a la que le impondría un impuesto de hasta el 20 por ciento.

Con la apertura comercial, Alemania fue el primero en levantar la mano como nuevo proveedor de carne de puerco y ya ha surtido su primer cargamento a nuestro país. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), México recibió 25.5 toneladas de panceta de cerdo congelada provenientes de la nación teutona.

La carga europea fue recibida en el puerto de Veracruz, donde se realizaron inspecciones zoosanitarias y del embarque, que contenía cuatro lotes y mil 394 cajas provenientes de una planta verificada por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) en la ciudad de Wiedenbrück.

Además de Alemania, otras naciones se han sumado a la lista de nuevos socios comerciales para México en materia alimentaria, específicamente de la carne de puerco, sector en el que Dinamarca, España, Francia, Alemania, Chile, Italia, Bélgica, Australia y Nueva Zelanda, son países que cumplen con las exigencias sanitarias en sus productos, por lo que su acceso al territorio nacional es una oportunidad viable para el comercio bilateral.

Según la Secretaría de Economía, en los últimos diez años las importaciones de cerdo proveniente de la Unión Americana representaron alrededor del 90 por ciento de las compras al exterior que realizó México y poco más del 30 por ciento del consumo nacional. Los nuevos lineamientos comerciales de México para el ingreso de carne de otros países se mantendrán hasta el 31 de diciembre de este año, periodo en el que se podrá delimitar los nuevos acuerdos establecidos con Estados Unidos.

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