Una desavenencia entre Suzuki y Volkswagen, que venía desde 2011, llegó a su fin en un buen momento para la empresa japonesa, quien mediante un desembolso de 3 488 millones de euros, recomprará 20 por ciento de sus acciones, que estaban en manos de la compañía germana.
Para Suzuki, esto significa separarse de un socio indeseable, al cual acusa de violar el acuerdo de sociedad establecido en 2009. Lo irónico de esta acusación, presentada ante una corte internacional de arbitraje con el fin de exigir el término forzado de la alianza, es que a Volkswagen se le recrimina nunca haber compartido “su avanzada tecnología medio ambiental”.
Seguramente, ante los problemas recientes de la firma alemana, a los directivos de Suzuki no les queda más que sonreír por el rompimiento del acuerdo, la recuperación de sus acciones y no haber tenido acceso a esa alta tecnología.
Fuente: EFE