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Del fracaso al oro: Jonathan Muñoz, el campeón hidrocálido de los Panamericanos

Fotografías: Edgar Pérez y Alejandra Ulloa

Actualizado el 27 de julio del 2019

La vida da revanchas y este sábado 27 de julio, Jonathan Muñoz Martínez, tuvo la suya. Justo hace tres años, el atleta de halterofilia se quedaba fuera de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro después de competir en un clasificatorio donde estuvo a dos kilos de pasar a la máxima justa atlética del mundo.

Una lesión complicó su trayecto pero tuvo la capacidad de hacerle frente a su fracaso con un espíritu de campeón. En estos Juegos Panamericanos 2019 de Lima, Perú, el hidrocálido mostró que recuperó el nivel olímpico y se colgó la medalla de oro en la prueba de 67 kilos. Con esto, sus aspiraciones para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 2020, se vuelven cada vez más reales.

En Líder Empresarial, repasamos la exclusiva que tuvimos con el deportista aguascalentense justo unos días después de que obtuviera la noticia de que había quedado fuera de Río. Pese a la frustración, su clave fue nunca perder de vista el sueño que quería alcanzar. Lo cual, desde aquel entonces, era una cualidad notable…

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«A dos kilos de Río»

Jonathan lleva la halterofilia en la sangre. Su padre participó por más de 10 años en la selección nacional de este deporte en la década de los 80 y ha sido su entrenador desde sus inicios, cuando solo era un niño. Por eso, no es de extrañar que bromee asegurando que “casi nació en una tarima” cuando platica sobre su carrera, que le ha llevado hasta las puertas de Río 2016.

Este atleta hidrocálido ha practicado deportes como el fútbol o la natación, pero el levantamiento de pesas es donde ha encontrado la pasión en medio del desvelo, cansancio y entrega que conlleva ser un deportista de alto rendimiento. “Se tiene que disfrutar el camino que vas tomando”, comenta Jonathan sobre su amor al deporte de las pesas en conversación con Líder Empresarial.

Tras algunos años de preparación, Jonathan llegaría a su primer competencia internacional, en la que representaría a su nación obteniendo el décimo lugar en el Mundial Sub 20 en Guatemala con tan sólo 16 años. Con esto, el buen sabor que le dejaría competir a escala mundial, formaría el interés por seguir participando en este tipo de certámenes.

El “envión” a competencias globales

La ambición de Jonathan por conseguir más participación a nivel internacional lo llevó a competir en el Torneo Panamericano sub 17 en Viña del Mar, donde consiguió tres medallas de oro y se proclamó como campeón.  

Tiempo después, con dos preseas de bronce y una de plata en el Campeonato mundial sub 17 en Eslovaquia, se convertiría en el primer mexicano en traer una medalla mundial dentro de su categoría.

“Se tiene que disfrutar el camino que vas tomando”.

Así, todo pintaba perfecto para Jonathan y su proyección hacia los Juegos Olímpicos 2016 era cada vez más sólida. Para lograrlo, su proceso de preparación comenzaría en 2014 con el Campeonato Mundial de Rusia, en donde el hidrocálido alcanzó el lugar 14.

En ese mismo año, obtendría  3 medallas de plata en el Panamericano 2014, colocándose como subcampeón. Poco después, Muñoz obtendría cuarto lugar en Juegos Centroamericanos, así como en los Juegos Panamericanos de Toronto, en donde estuvo a tan sólo dos kilos de alcanzar la medalla de bronce.

El momento más difícil

Después de obtener estos resultados, Jonathan se topó con lo que sería uno de los momentos más duros de su vida: una lesión en el radio de la muñeca le obligó a parar cuatro meses para rehabilitarse. 

En otro momento, este hecho no habría tenido demasiada trascendencia. Sin embargo, este desafortunado incidente coincidió con el inicio del clasificatorio preolímpico. “Me vine para abajo; tuve que leer y estar en familia para entender lo que debo de hacer para alcanzar mis objetivos”, recuerda el halterista.

«Cuando me lesioné me vine para abajo; tuve que leer y estar en familia para entender lo que debo de hacer para alcanzar mis objetivos».

Aún con todo en su contra, Jonathan trató de acelerar su proceso de recuperación con el objeto de que alcanzar a clasificar a los Juegos Olímpicos, pero lamentablemente se quedó a dos kilos para lograr el boleto para Brasil.

Sin embargo, el halterista hidrocálido logró que un duro golpe se convirtiera en “una experiencia única”. Ahora cree que la lesión que le impidió estar en la cita de los Juegos Olímpicos de este año fue una “prueba de la vida” para desarrollarse mejor.

Una carrera por delante

De hecho, Muñoz cuenta con tan sólo 23 años y, tal y como asegura con optimismo, en la halterofilia, el atleta se desarrolla completamente entre los 24 y 28 años. Así, cree tener la oportunidad de competir en el futuro.

Para lograrlo, asegura tener un secreto: el equilibrio, otro de los aspectos fundamentales en la vida de un deportista, en donde Jonathan asegura que debe de existir armonía entre su desarrollo personal con la familia, alimentación y entrenamientos: «Cuando una de las cosas falla, al llegar al gimnasio y levantar mi primer pesa me olvido de todo y trato de solucionar lo demás”, reflexiona el atleta.

Para él, “la halterofilia te forma en carácter, disciplina y constancia en cualquier cosa que haces”. Además, a pesar de su corta edad, Jonathan tiene la madurez suficiente como para mantener la convicción de que cada una de las cosas que se aprenden en su disciplina son aplicables en cualquier aspecto de la vida.

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