Egresado de la Ingeniería en Mecatrónica por el Tecnológico de Monterrey Campus Aguascalientes, Gerardo Andrés Urrutia Matute, ha destacado por su reciente participación en la misión Artemis 1, misma con la que la nave espacial Orion de la NASA, pretende regresar a la luna.
El día de ayer, presentó la conferencia ¿Cómo llegar a la luna? en las instalaciones de la universidad, donde ante jóvenes y profesores, compartió su experiencia personal y profesional que lo han llevado hasta ahora.
Después de tocar muchas puertas, vivir en muchos lugares tanto de México como del mundo, llegó un momento que le dijeron que sí.
Al graduarse de la universidad, entró a trabajar como líder de un proyecto en Nissan, y después el destino, lo llevó a trabajar en Guadalajara en la empresa Alemana Hella, donde se desempeñó en el desarrollo de nuevos productos y proyectos, como la creación de los faros del NIssan Versa. Tiempo después, tuvo la oportunidad de irse a Alemania a coordinar un nuevo proyecto de General Motors, donde estuvo dos años.
«Yo estaba en una empresa alemana, trabajando en el extranjero y estaba desarrollando productos de tecnología. Si valió la pena lo que estudié, si valieron la pena las noches de desvelo. Sí se puede«, recuerda Gerardo orgulloso.
Después de 30 entrevistas de trabajo en idioma inglés, chino, alemán y español, y «venderse a sí mismo» como el mejor ingeniero que necesitaba la empresa, llegó la entrevista clave que cambiaría su vida: participar en un proyecto de la industria aeroespacial en Austria. Una cualidad que lo hizo destacar fue el amplio conocimiento y experiencia en el área de calidad. La principal labor que tuvo fue como consultor para entrenar al equipo de calidad, seleccionar a los directores y gerentes, entrenar y desarrollar a los proveedores para dos compañías muy importantes Airbus y Boeing. «Y yo estaba metido en la industria aeroespacial por primera vez y no era nada diferente, al contrario, los sistemas de automatización estaban mucho más desarrollados en el sistema», cuenta emocionado.
Al finalizar el entrenamiento que duró poco más de un año, una llamada que contenía una frase que daría un giro completamente a su vida: «¿te gustaría mandar humanos a la luna?». Después de pensar que era una broma, y preguntarse qué podría ofrecer, si no tenía los conocimientos suficientes para tomar este nuevo reto, finalmente aceptó. «Esto es lo mío. Aquí quiero estar», se repitió.
El motivo por el que Airbus solicitó apoyo de Gerardo, fue para producir el módulo, esa primera nave espacial que mandarían a la NASA, era la primera vez que le habían dado un contrato a Europa para formar parte de una misión clave de la NASA, crear el cohete más poderoso del mundo. Mismo que tuvo el primer lanzamiento el día 16 de noviembre, bajo el nombre de la misión Artemis 1, que después de 50 años, la NASA, Airbus y Gerardo Urrutia, están llegando a la luna.
«Yo empecé en el área de integración, de ahí me pasé al área de proyectos, después a administrar el primer y segundo módulo de seis, y desde hace dos años yo soy responsable de un grupo de personas de todas las nacionalidades, soy responsable de ver todos esos cables y entregárselos al área de integración y de hacer las pruebas para terminar el módulo. Soy responsable de los motores que mueven las celdas solares junto con el equipo de trabajo, pero yo soy responsable de un equipo multifuncional, lo cual me llena ampliamente de orgullo decirlo ante ustedes, porque es una riqueza intercultural», comparte.
Gerardo invita a que los jóvenes aprovechen las oportunidades que las universidades ofrecen, tales como becas o prácticas profesionales, así como perder el miedo, salir de la zona de confort. «El miedo es una herramienta que debemos saber aprovechar», pronuncia. También, agregó la importancia de salir a estudiar una clase, estudiar otro idioma, hacer algo de manera extracurricular.
Asimismo, resaltó