Los lazos consanguíneos, en muchos casos, se extienden más allá del parentesco. En México, 9 de cada 10 empresas son operadas por familias, por lo que miles de negocios pasan de generación en generación.
De acuerdo con la “Encuesta de Empresas Familiares 2021” de PwC, el reto que sortean este tipo de organizaciones es lograr que la sucesión supere a la tercera generación. Actualmente, 45% de las empresas familiares pertenece a la segunda generación; sin embargo, se prevé que en un quinquenio alcance el 48%.
Asimismo, dicho estudio revela que sólo en una de cada tres empresas familiares encuestadas trabajan miembros de la próxima generación.
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Sin embargo, las circunstancias adversas (como la que se vivió por la pandemia por el COVID-19) sirven para consolidar a estas organizaciones en el país. Estas demostraron que la unidad y la confianza que existen en las familias permiten la supervivencia y la obtención de mejores utilidades, reveló la encuesta realizada por el CIFEM-BBVA del IPADE Business School llamada “Nivel de progreso de las Empresas Familiares para lograr su continuidad y armonía”.
72% de los encuestados considera que la adversidad que se vivió el año pasado estrechó los vínculos familiares (y laborales). 76% de los entrevistados manifiesta que dicha unión fue un factor clave para enfrentar los desafíos económicos.
En este sentido, PwC agrega que las empresas familiares mexicanas mostraron habilidades para compartir información de forma oportuna: “Los encuestados indicaron que, entre los miembros de la familia (68%) y las diferentes generaciones (61%), la comunicación referente al negocio se intensificó a raíz del COVID-19”, se lee en el estudio.
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