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Cómo más de mil directivos lograron escalar a un puesto de liderazgo

Es natural aspirar a puestos de liderazgo en nuestro trabajo; deseamos conducir a nuestra empresa -o al área en la que nos desempeñamos- al éxito y escalar profesionalmente hacia lo más alto del organigrama de la organización a la que pertenecemos. 

Para llegar a tal posición es normal escuchar un sinfín de consejos, sugerencias y atajos por parte de nuestros amigos, colaboradores y conocidos, pero, ¿por qué no escuchar a las personas que ya lograron ascender dentro de sus compañías? ¿Aquellos que ya fueron distinguidos a través de una promoción laboral para tener mayores responsabilidades?

Es lo que hizo la plataforma Nulab, quien a través de una encuesta a más de mil directivos de empresas, esclarece el panorama sobre temas como el crecimiento dentro de una organización, el concepto de liderazgo y sobre qué atributos los encaminaron al éxito. 

Para comenzar, el portal se plantea una pregunta fundamental. Si el liderazgo influye en las posibilidades de un ascenso, ¿se puede enseñar o es innato e inherente a algunos seres humanos?

Los resultados muestran lo siguiente: Siete de cada 10 entrevistados pensaron que es una habilidad, aunque las mujeres se mostraron menos convencidas (69%) que los hombres (73%). Cabe señalar que 1 de cada 4 millennials piensa que la habilidad es un rasgo inherente, cifra inferior a los baby boomers y centennials (1 de cada 3).

Tras concluir que la mayoría de los encuestados refiere al liderazgo más como una habilidad que como un rasgo intrínseco, la siguiente pregunta fue, ¿cómo obtuviste tu rol de líder en la organización? A diferencia de la primera pregunta, se registró una mayor paridad: el 59% contestó que a través de una promoción no solicitada y el 41% restante a través de una solicitud (lo pidieron, vaya). 

Asimismo, los directivos que lograron un ascenso llevaban en promedio tres años dentro de la compañía. En este sentido, los resultados arrojan que «si bien el camino al escalamiento puede no ser rápido, es la manera más segura de conseguirlo», pues el 63% alcanzó una posición de liderazgo tras una promoción, por 33% que fueron contratados directamente para ocupar ese rol. 

Generalmente un ascenso en funciones también conlleva un aumento en el salario. En este caso, casi 8 de cada 10 (79%) directivos vio incrementado su sueldo,  el 18% tuvo que solicitarlo y el 3% permaneció con la misma remuneración que en su anterior rol. 

Desagregado por generación, el 20% de los millennials tuvo que solicitar un aumento en su sueldo, por el 14% de los directivos de la  generación X; por el contrario, el 80% de los centennials recibieron un incremento automático al ser ascendidos de puesto, por un 77% de los millennials.

Un hallazgo importante es que, en promedio, aquellos que no solicitaron un aumento de sueldo recibieron un incremento de 8 mil 715 dólares anuales en su salario, mientras que aquellos que sí lo solicitaron percibieron un aumento menor, de 7 mil 429 dólares.

Otro dato pone de manifiesto la desigualdad de género en el trabajo: las mujeres que lograron ascensos a puestos de liderazgo recibieron un aumento de mil 200 dólares menos que los hombres.  

Con relación a la percepción sobre qué razones influyeron en lograr su ascenso, las principales respuestas fueron la actitud (65%), las habilidades de liderazgo (61%), la habilidad de trabajar satisfactoriamente con otras personas (58%), la experiencia (el 55%), y realizar trabajo adicional (50%). 

Otras razones esgrimidas fueron entregar el trabajo antes de la fecha límite, ofrecerse para adquirir más responsabilidades, su capacidad de innovación, entre otras. 

De los poco más de mil directivos entrevistados, el 65% recibió entrenamiento para ocupar su rol, mientras el 35% restante no tuvo ningún tipo de capacitación. A la pregunta expresa, ¿los directivos deben recibir entrenamiento para desempeñar su nueva responsabilidad de liderazgo?, el 86% de aquellos que sí lo recibieron se manifestaron a favor, porcentaje ostensiblemente superior a aquellos que no fueron capacitados (solo el 50% se mostró de acuerdo). 

“Para la mayoría de los profesionales, el camino hacia el liderazgo no siempre es claro. No hay un plan a seguir, y su experiencia puede variar según su industria e incluso su género y edad. Es importante reconocer que no hay dos viajes de trabajo iguales y, a veces, uno debe pedir lo que desea en lugar de esperar a que se lo entreguen”, resume Nulab en su estudio.

Aquí puedes consultar el reporte.

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