A más de tres décadas de la apertura de la primera planta de Nissan y la llegada de la comunidad japonesa a Aguascalientes, se calcula que residen cerca de 520 familias niponas en el estado.
Una de las barreras más importantes a la cual se enfrentan las personas del país del sol naciente en la entidad es el idioma. Su lengua materna tiene poca inclusión en medios de transporte, señalética urbana, servicios de salud, vivienda, seguridad, educación, alimentos y entretenimiento.
El gobierno y las universidades impulsaron tardíamente el aprendizaje del japonés como parte de la formación de los jóvenes. A esto, se suma que pocas empresas del sector servicios se han preocupado por considerar a esta cultura (el caso contrario son Irapuato y Celaya, las cuales recibieron tanto inversión como población japonesa después que Aguascalientes, y han aprovechado el nicho de negocio).
Acortar la brecha cultural puede ser frustrante, sobre todo en el ambiente de trabajo. El ritmo laboral de los nipones se considera de alto impacto por aspectos como la eficiencia, valoración del tiempo y responsabilidad; sin embargo, pueden existir costumbres que resulten complicadas de aceptar para los mexicanos. Para mejorar la relación, especialistas comparten siete tips:
- Da mensajes directos. Sé concreto en tus respuestas y comentarios. Evita dar tantas explicaciones, los japoneses pueden considerarlas justificaciones innecesarias.
- Sé paciente. La paciencia es primordial cuando dos culturas conviven. Por ejemplo: los mexicanos son festivos y abiertos; pero deben respetar que en ocasiones los nipones prefieran descansar, en vez de celebrar, después del trabajo.
- Respeta los tiempos. La puntualidad es muy valiosa para la cultura japonesa.
- Cumple con los compromisos. Concluir con las responsabilidades es de gran importancia; no hacerlo puede considerarse como una falta importante.
- Orden y limpieza. Las personas del país del sol naciente aprecian mucho el orden y limpieza en el trabajo; los consideran una cordialidad.
- Proximidad física. Los mexicanos mantienen mucho contacto físico incluso con personas que no conocen. Los nipones aprecian mucho el espacio personal, por lo cual es recomendable respetar la distancia y ser cortés.
- Las llamadas de atención no son insultos. Los japoneses están acostumbrados a regañar o ser regañados en público, pues sirve como ejemplo de lo que no debe hacerse. Por eso, las llamadas de atención hechas frente a los compañeros no tienen que ser consideradas como faltas de respeto.