Por Fernanda de Alba
Los millennials nos hemos caracterizado en el ámbito laboral por ser una generación distraída, impaciente, en busca de un propósito y de equilibrar nuestra vida laboral con la personal. Platicando con amigos todos hemos concordado en que existe una diferencia generacional entre nuestros compañeros de trabajo y jefes baby boomers y GenX , ya que ellos trabajan de una manera y nosotros de otra.
Ninguna forma de trabajo está mal, son simplemente esquemas que funcionan mejor para cada generación. Aún así, los millennials sentimos que se nos “juzga” por no querer seguir ese patrón y creemos que es ahí cuando los malentendidos ocurren.
A continuación expongo una lista de cosas que a los millennials nos gustaría que nuestros jefes supieran:
- Queremos que nos motiven y que sean nuestros coaches: más que una figura autoritaria y distante, queremos que nos impulsen a desarrollarnos, que sean una guía. Según un estudio en 2015 encargado por CNBC, los millennials dijeron estar más satisfechos con la capacitación y el desarrollo de habilidades que reciben, en comparación con el 76% de la población, que se mostró más satisfecho con oportunidades de promoción.
- La cerveza gratis y las mesas de ping pong no son lo más importante para nosotros: aunque trabajar en un lugar divertido y relajado es algo fundamental, nuestra prioridad es buscar una empresa en dónde podamos estar convencidos de cómo y por qué nos ayudará a crecer, desarrollarnos y prosperar en nuestras carreras.
- Necesitamos un buen salario: a pesar de que los ingresos no están entre nuestros 5 principales factores cuando aplicamos a un empleo, es algo que al igual que a todos nos importa. Los millennials tenemos altos niveles de deuda estudiantil en medio de una era de estancamiento salarial. Incentivarnos por medio de pequeños incrementos nos vendría bien para liquidar nuestros financiamientos. Un estudio de Gallup panel mostró que la mitad de los millennials considerarían tomar un trabajo en otra compañía por un aumento del 20% o menor.
- El número de horas que trabajamos no es proporcional a nuestra productividad: sabemos que en ocasiones es necesario trabajar tiempo extra, pero también, tener un horario poco flexible estanca nuestra productividad. Saber que tenemos un largo plazo para cumplir las tareas puede ocasionar que procrastinemos.
- Trabajar en diferentes lugares incrementa nuestra creatividad y productividad: en ocasiones nos sentimos encerrados o bloqueados, necesitamos inspiración de otros lugares. Trabajar un rato en una cafetería cercana, movernos dentro de la oficina o realizar home office cada determinado tiempo son alternativas para luchar contra el estancamiento mental. Un estudio realizado en un call center del sitio web de viajes Ctrip, demostró por medio de encuestas y datos de rendimiento que aquellos empleados que trabajaron desde casa no solo eran más felices sino también más productivos.
- Queremos vivir la vida: está claro que ningún empleado quiere recibir llamadas o trabajar fuera de su horario o cuando está de vacaciones, pero también queremos vivir la vida a través del trabajo. No queremos ser robots que llegan, se sientan, prenden la computadora, salen a comer, regresan, trabajan y se van. Queremos tener amistades, celebrar los cumpleaños, hacer lo que amamos y vivir experiencias. Que cada día nos levantemos motivados de ir a trabajar.
Estas son tan solo algunas de las cosas que como millennials nos gustaría expresar para que las empresas nos entendieran mejor. Cada vez somos más los millennials en el mundo laboral y los profesionistas de mayor edad deben escucharnos para en conjunto crear un ambiente laboral que funcione para ambas generaciones y para bien de las empresas.