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Cómo se forjó el octavo hombre más rico del mundo

David Koch, el octavo hombre más rico del mundo con una fortuna superior a los 58 mil 700 millones de dólares de acuerdo con Bloomberg, murió el día de hoy a los 79 años tras una larga batalla contra diversas enfermedades. Deja como legado la consolidación y liderazgo de Koch Industries, empresa fundada por su padre y de la que fue copropietario junto con su hermano Charles, como la segunda compañía familiar más grande de los Estados Unidos. 

También se distinguió por su espíritu filántropo, llegando a donar más de mil millones de dólares  a diferentes instituciones artísticas. De igual manera, fue reconocido por sus inquietudes políticas, particularmente por su apoyo al Partido Republicano. Un artículo de Financial Times describe: “Durante mucho tiempo, [él y su hermano] se han involucrado  en apoyar al Partido Republicano, siendo criticados por los demócratas por su enorme influencia en la política conservadora”.

Pese a sus inclinaciones políticas, no apoyó la campaña presidencial de Donald Trump. En la víspera de las elecciones de 2016, el empresario dijo que escoger entre el magnate norteamericano y Hillary Clinton era como decidir entre sufrir “cáncer o un infarto fulminante”. 

Desde pequeño, David Koch -al igual que sus otros tres hermanos- aprendió el valor del trabajo. Pese a estar en una situación económica bastante saludable, su papá, Fred, no quería criar hijos flojos, “vagos que se la pasaran en el club jugando golf o tirados junto a la alberca”. Su hermano Charles recuerda cómo su papá los ponía a trabajar bajo al sol de Arkansas, a 40 grados de temperatura, ordeñando vacas, empacando heno, cavando zanjas. 

“´Percibo en David muchas de las maravillosas cualidades que nuestro padre tenía. Una en especial s su insaciable sed por el conocimiento. Es lo que motivó a que se convirtiera en una de las mejores personas que he visto en la capacidad de combinar las capacidades técnica y comercial al momento de hacer negocios”, dijo Charles. 

Pese a tener línea directa para ingresar a trabajar a Koch Industries desde el momento en que se graduase de la universidad, David optó por desarrollarse profesionalmente lejos de la tutela de su padre. Tras egresar como Ingeniero Químico del Instituto Tecnológico de Massachusetts, entró a laborar a las empresas Arthur D. Little y Scientific Design en Massachusetts y Nueva York, respectivamente. 

En 1970, a la edad de 30 años, se incorporó a la empresa familia como gerente de servicios técnicos en Koch Engineering. A partir de ese momento, desarrolló una carrera meteórica, alcanzando diversos puestos directivos. Bajo su responsabilidad, David logró que el negocio de equipos de procesamiento e ingeniería creciera exponencialmente. Actualmente, los negocios de Koch Engineered Solutions proveen “equipos y servicios que mejoran la calidad de los combustibles, productos químicos y alimentos, al tiempo que eficiencia energética y reducen las emisiones», reseña la compañía en un comunicado.

“El liderazgo y lealtad de David fue inquebrantable, especialmente en los tiempos más difíciles de Koch Industries. Nunca quiso algo para sí mismo que no hubiera merecido, ya que su único deseo era contribuir. Siempre estuvo dedicado al éxito a largo plazo de la compañía. Quería enfocarse en aquellas áreas donde podría hacer la mayor contribución. Creo que el regalo de David fue detectar tecnologías que crearían valor para nuestros clientes”, expresó Charles. 

Tras la muerte de su padre, Charles y David se hicieron del control de Koch Industries. De iniciar como una empresa dedicada al refinamiento y distribución de petróleo, la compañía se fue diversificando hacia otros sectores, como el energético, la agricultura, la ganadería, el electrónico, entre otros. Al año, la empresa tiene ingresos por más de 110 mil millones de dólares.

En 1991, David Koch evitó la muerte en un accidente de avión en el que fallecieron 35 personas. Devoto creyente, confesó tiempo después: “Estaba asombrado de haber sobrevivido. Sentí que Dios me acompañó en ese momento y salvó mi vida porque quería que me convirtiera en buen ciudadano e hiciera buenas acciones”. Tras esa revelación se volvió filántropo, refiere la semblanza póstuma de Koch Industries. A partir de ese momento, ha contribuido con más de mil 200 millones de dólares a la investigación del cáncer, centros médicos, instituciones educativas y artísticas, y diversas organizaciones. 

“Después de morir, me gustaría que la gente piense en David Koch y mi hermano Charles como personas que hicieron todo lo posible para hacer del mundo un lugar mejor para vivir. Estoy haciendo todo lo posible para que eso suceda y que la gente piense en mí de forma positiva. Que mi vida fue buena, que contribuí inmensamente para mejorar el bienestar de los demás”.llegó a decir años atrás. 

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