Puede ser que, sin darte cuenta, estés revolucionando un producto o servicio y ni siquiera hayas aterrizado la idea porque el trabajo y diversión nos suena un poco irreal.
Toda persona tiene un trabajo soñado en su cabeza, que en ocasiones empata con una de sus aficiones. Actualmente tenemos como referente a los millennials, que han llegado inspirar a sus antecesores y a futuras generaciones con la manera tan sencilla de llevar al éxito sus hobbies.
Ejemplo de ello es el famoso Zach King, quien desde niño grababa videos. Tiempo después tras estudiar cine, comenzó a subir tutoriales a YouTube sobre herramientas de edición de video en donde ganó muchos seguidores. Hace dos años, se dio cuenta de la popularidad de los videos cortos en plataformas como Vine y empezó a grabar los propios, donde hace de situaciones cotidianas un acto de magia. Sus 3.4 millones de seguidores respaldan su éxito junto con los muchos dólares en sus cuentas de banco.
Entonces puedo decirte que sí. Esa idea loca y arriesgada que está en tu cabeza no está tan alejada de la realidad y puedes empezar a darle rienda suelta a tu proyecto, conjuntarlo con tu trabajo y, ¿por qué no? Disfrutar de una libertad financiera más amplia.
Pero vamos por partes. Primero vas a tener que calmar un poco las ansias y cuestionarte algunos puntos. No te desanimes, es solo para que le pongas más realidad a este asunto.
Identificar tu hobby (o idea)
Puede que tengas muy claro tu hobby, pero tus ideas están desordenadas. Escribe todas tus ideas y dudas antes de realizar cualquier inversión o desarrolla poco a poco el producto que quieres lanzar en un inicio como proyecto personal. Es decir, pruébalo tú mismo, con familia y amigos.
Un ejemplo es Ricardo Boruncle Boz, quien creó su primer wetsuit con 50 metros de caucho y dos baldes de pegamento. Al principio nada más lo usaba él mismo, lo que le hizo ganarse popularidad entre sus amigos. En 1995 la revista “Surfer” reconoció su invento como el traje más elástico, por encima de marcas como Billabong, O´Neil y Quick Silver. Hoy en día, todos los patrones de wetsuit vienen de Borouncle Boz.
¿Es factible que tu hobby sea un negocio?
Repetir la palabra aterrizar no está de más. Averigua si tu hobby tiene oportunidad de desarrollarse dentro de algún target.
Si amas viajar por el mundo, una opción es vender tus experiencias, fotografías, escritos, o convertirte en tu propio community manager.
Compromiso
¿Realmente te vas a comprometer? Tú te conoces. Si en tu hobby eres inconstante, puede que en este proyecto también lo seas; si adquieres el compromiso, entonces puede resultar una bonita idea.
Como el compromiso que Mariana Wust, una chica argentina, tomó tras ser mamá a los 22 años y descubrir su afición durante una clase de maquillaje. Actualmente es dueña de la marca Taty Wust, de maquillaje y cuidado de la piel, invirtió tras dejar su antiguo empleo y comenzó como freelance un tiempo antes de hacer crecer su marca personal.
Plan de trabajo
Números, números. Sí, necesitas tener un capital y ver cómo lucirá este pequeño negocio (por ahora) y hasta tal vez unos meses. ¿Cómo organizarás tu presupuesto? ¿Lo conjuntarás con tu trabajo? ¿Quién y cuánto invertirá en él?
Capacidad de autogestión
Hay que aceptar y ver si tenemos esa cualidad de autogestionarnos. Trabajo-hobby-negocio, identifica si puedes hacerlo o necesitas ayuda.
Julia Aigner Clark a finales de los 90 era una mujer sin muchas ganas de regresar a su trabajo y con un gusto por las artes y humanidades. Comenzó a grabar videos caseros sobre arte y música para educar a sus hijos.
Con la ayuda de su esposo Bill creó Baby Einstein Company, pero al empezar a generar millones de dólares se dieron cuenta que para llegar a otro nivel necesitaban la ayuda de profesionales y en 2011 pasaron a formar parte de Walt Disney Company.
Cualquiera que sea tu hobby, es fácil de identificar: es una actividad que no ves como un trabajo y te es fácil de realizar. Después de eso, solo sigue encontrarle un rumbo comercial.