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5 datos que anticipan un estancamiento económico en México al cierre de 2020

Inmersa en un año francamente complicado por la pandemia de coronavirus, la economía mexicana respiró en el tercer trimestre de 2020 al registrar un crecimiento de 12% con relación al trimestre anterior, según revelaron cifras del INEGI. 

Los resultados cosechados podrían alentar una previsión más optimista para cerrar el último trimestre del año. Analistas sondeados por el Banco de México (BANXICO) modificaron su perspectiva de crecimiento para el país al pasar de una caída de 9.82 a 9.44% en 2020. 

No obstante, no todos los pronósticos son alentadores. El documento «Diagnóstico de Desempeño Macro: El rebote económico está perdiendo impulso» elaborado por Deloitte advierte una serie de factores que podrían ralentizar y estancar el resurgimiento económico de México. ¿Cuáles son estos factores?

Actividad Industrial se desacelera en EU

El análisis pone de relieve la desaceleración industrial observada en septiembre en Estados Unidos, al retroceder 0.6% en comparación con el mes anterior, rompiendo una racha de cuatro meses con tendencia alcista. En su comparación anual, la actividad industrial reportó una contracción de 7.3%. Estas caídas, menciona el documento, podrían impactar a la industria mexicana al provocar un estancamiento en la producción. 

Crecimiento se alenta

El análisis hecho por Deloitte señala que la inercia positiva de la actividad económica en el país ha venido perdiendo inercia en los últimos meses. Por ejemplo, subió 1.1% en agosto respecto a julio, una desaceleración si se toma en cuenta que en el séptimo mes del año creció 5.7%. 

Al interior, las actividades industriales crecieron 3.3% mensual debido a un realce de la construcción y la manufactura; sin embargo, los servicios crecieron únicamente 0.4% tras hilar dos meses con aceleración de 6.0% y 4.7%. 

Deloitte subraya que de manera anual, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) retrocedió 8.5%, cifra ligeramente mayor que lo que indicaba el indicador oportuno de -7.9%. “Todos estos números apuntan a que la recuperación (más bien, el rebote) está perdiendo tracción y difícilmente hacia el último trimestre del año se tendrán factores adicionales de impulso que logren mejorar estas cifras”. suscribe el informe.

Inflación y política macroeconómica

Uno de los escenarios de riesgo macro potenciales para México es que la inflación subyacente se mantenga elevada por más tiempo ante cambios en los hábitos de consumo, lo que mantiene a la tasa de interés por arriba del 4.0%.

Otro aspecto a considerar es la política macroeconómica emprendida por el Gobierno Federal. En este sentido, Deloitte reseña que en el acumulado a agosto, «los ingresos públicos se contrajeron 2.3% real respecto al mismo periodo de 2019 tras una fuerte contracción de los petroleros (-38%) y un ligero avance de los no petroleros (4.3%)». Además, destaca que los ingresos tributarios resultaron en $2,262 mmdp, $121.5 mmdp menor a lo anticipado. 

Recuperación empleo formal

El informe cita las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social que manifiestan que, en materia de empleo formal asegurado, la recuperación se ha estancado. En septiembre se recuperaron 114 mil puestos de trabajo, el equivalente al 10% de los empleos perdidos entre marzo y julio. «Es un hecho que los datos de empleo son positivos, sin embargo el ritmo de recuperación se está ralentizando», explican.

El análisis agrega que este es un comportamiento que “se ha visto en la mayoría de los indicadores, después de los fuertes avances en junio y julio que vinieron de la mano con la reapertura; para agosto y septiembre ya hubo una moderación en la tendencia ante la ausencia de más factores que siguieran impulsando a la actividad”. 

Volatilidad del tipo de cambio

El documento recuerda que el peso mexicano fue una de las monedas emergentes con peor desempeño al inicio de la pandemia (enero-marzo). Aunado a esto, en abril México observó cómo le recortaron la calificación crediticia al país y a PEMEX encaminándola a bonos basura, lo que incrementó la volatilidad de la moneda. 

“Este hecho no permitió que BANXICO recortara la tasa de referencia de manera tan agresiva como lo hicieron sus pares en Latinoamérica, a pesar del alto diferencial de tasas de interés”, menciona Deloitte. 

Los analistas rescatan que el peso mexicano ha dado muestras de recuperación, pues de abril a la fecha se ha apreciado 13%, el mejor comportamiento dentro de las monedas emergentes, pero está más asociado a la debilidad generalizada del dólar que a la fortaleza intrínseca del peso, advierten.

No obstante, el riesgo de calificación crediticia se mantiene latente, exponen. “La situación de las finanzas públicas, la posición de Pemex y un entorno global complejo, son factores que seguirán ejerciendo presión sobre la moneda, por lo que el dólar se mantendría en niveles por arriba de los $21.0 por más meses”, concluye.

Aquí puedes consultar el documento completo. 

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