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48 horas en Cuatro Ciénegas

En medio del desierto se puede experimentar un cierto tipo de paz y tranquilidad muy particulares; se podría decir, tratando de arañar un poco la exageración, que se trata de una paz anterior al tiempo. Y qué mejor que disfrutar de esto en Cuatro Ciénegas, uno de los lugares desérticos más hermosos de México, situado en una zona muy cercana a Monclova, Coahuila, a la orilla del Desierto de Chihuahua. Según expertos, es el equivalente a la Isla Galápagos en tierra: conserva condiciones naturales que han sobrevivido a las cinco extinciones masivas del planeta.

Por eso, queremos hablarte sobre las cosas que puedes hacer para disfrutar al máximo este paraje mágico.

Dónde hospedarse

Cuatro Ciénegas es un oasis, por tanto, durante un buen tiempo no ha habido mucha actividad turística. No hace mucho fue declarado pueblo mágico y ese es uno de los principales motivos por los cuales apenas encontrarás un par de hoteles y una quinta en la que podrás hospedarte. Ésta última es modesta, pero bastante acogedora.

Pero si lo tuyo es aventura total, podrás acampar en medio de la cabecera municipal en una zona destinada para ello. La ventaja es que al despertar lo primero que verás serán los cerros que rodean a la capital del municipio.

Recorrer las calles

Una vez que te instales puedes empezar a recorrer la pequeña ciudad. Te recomendamos que empieces por la Parroquia de San José: según los expertos, su corte neoclásico no es lo único que llama la atención, la piedra que se utilizó para construirla es muy especial pues se trata de calcáreas de estromatolitos o una especie de sedimento que dejan las cianobacterias, las cuales, de acuerdo con los científicos, ayudaron a generar el oxígeno en la tierra.

Después, puedes ir a comer al callejón de Guevara en el cual se encuentran varios cafés, restaurantes, la casa de la cultura y tiendas que venden recuerdos.

Las pozas, un lugar de estudio

Tal vez en este punto sea digno hablar sobre el atractivo estrella: las pozas que la UNAM y hasta la NASA han estudiado. Se trata de una serie de pozas de hasta cinco metros de profundidad, interconectadas durante varios kilómetros, que se encuentran en la reserva Cuatro Ciénegas. Éstas se formaron luego de que la tierra emergió y se secó la zona que ahora es un desierto.

No te decepciones si en la Poza Azul no puedes echarte un chapuzón, hay varios lugares como el balneario Ojo Caliente y el río Mezquites en donde sí puedes hacerlo.

Mina de Mármol

Puedes visitar la Mina de Mármol que, dicho por los visitantes, hace pensar en las ruinas del Mediterráneo. Desde ahí es donde podrás obtener una panorámica de la ciudad. Si tu recorrido lo haces en bicicleta, vivirás una experiencia en la que podrás disfrutar de la simple belleza del desierto.

Una vez que hayas regresado y descansado, puedes tomar de nuevo tus botas y adentrarte a la zona de las Dunas de Yeso, la cual se encuentra a menos de 13 kilómetros. Será toda tuya para que puedas ver el atardecer y contemplar cómo el blanco lo va inundando todo, incluyendo tu ropa.

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