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300 espartanos y las Termópilas: contra la competencia

Por: José Ángel García López, responsable de Capital Humano de Aceves Spirits

«En el calor del choque, rotas sus lanzas, los combatientes espartanos iban haciendo carnicería en los persas», describía Heródoto en su libro La batalla de las Termópilas.

Cuando el rey persa Jerjes cruzó los dos puentes del estrecho de Helesponto, su objetivo no era otro que vengar la ofensa de su padre Darío, en su derrota frente a los griegos. En su viaje le acompañaban más de doscientos mil soldados persas. Los griegos les esperaban en un entorno que les resultaría muy caro en vidas, el estrecho paso de las Termópilas.

El resto de lo que nos han contado es cuasi una leyenda: Leónidas I de Esparta no era el único rey de Esparta. En esa ciudad estado, existía una cabeza bicéfala de reyes; Leónidas I fue el que acudió a defender el paso, junto a trescientos de los mejores soldados espartanos y otros cuatro mil novecientos griegos libres. Según cita Heródoto, el número de griegos en las Termópilas era de cinco mil doscientos.

Entre ellos, setecientos bravos tespios, bajo el mando del general Demófilo de Tespias, hijo de Diadromes. Él no pasó a la historia como el más famoso de los griegos que defendieron el paso, ese papel se le atribuye a Leónidas I; sin embargo, sus hombres fueron esenciales para el mantenimiento de la posición defensiva, al igual que los soldados lacedemonios, arcadios, corintios, tegeatas o mantineos. Era la suma de sus habilidades, junto con la estrategia de los ilotas espartanos, la que supuso un frente de batalla plagado de ferocidad y de resistencia. No en vano, los griegos defendían su tierra, junto con un incipiente modelo de ciudades estado, precursoras del modelo de democracia griega.

Grecia, desarrolló el modelo de ejército multidisciplinar, del que tan buenos resultados obtuvo en su derrota a Jerjes y posteriormente, en el desarrollo del imperio del macedonio Alejandro Magno, que desintegró la estabilidad opresiva que había generado Persia en prácticamente media Asia.

Lecciones de las Termópilas

Las lecciones que nos dejó la Batalla de las Termópilas son excelsas y eternas. Son las siguientes:

Los griegos sabían que el Paso de las Termópilas era una operación de ganancia de tiempo. También aprendieron que, en ocasiones, las victorias en las guerras consisten en saber sacrificar la derrota en algunas batallas. Las Termópilas fue eso: una trampa mortal para los persas, disfrazada de victoria efímera para Jerjes. Lo que sucedió después de esa batalla fue lo realmente importante.

Y otra leyenda más, los espartanos no gritaban ¡Ua¡¡Ua!¡Ua! Eran muy religiosos y solían gritar los nombres de sus dioses, posiblemente habrían sonado así:

“¡Zeus Savious y Eros!, Tronó su voz, eclipsado. pero no inaudito en ese estruendo cacofónico. ¡Lakedaemon!” , Gates of Fire, Stephen Pressfield.

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