Los jóvenes también se preocupan por su economía, pero muchas veces tienen hábitos que no les permiten crecer, ahorrar y prevenir.
Estas son algunas acciones, que tendrán un impacto positivo en tu vida diaria, si las llevas a cabo:
No hacer un presupuesto
Es importante que seas consciente de los gastos que haces, así no terminarás gastando de más y podrás ahorrar. El llamado “gasto hormiga” es una fuga de dinero que puedes evitar al ser consciente y registrar gastos como un café, un chocolate o una botella de agua. Si dejas de hacer estos pequeños gastos, basándote en un presupuesto fijo, tus cantidades de ahorro podrían incrementar.
Gastar como si no hubiera un mañana.
¿Sufres al final de cada quincena? Cuando entras a la vida laboral te emociona recibir tu primer sueldo, pero en cuanto está en tus manos te lo gastas en lo que sea, invitas a tus amigos a celebrar tu éxito y antes de terminar la quincena ya te quedaste con la billetera vacía. Recuerda que eres joven, pero cada vez tienes más responsabilidades y cada día eres “más adulto”, por lo que es recomendable que seas prudente con tus gastos para evitar momentos difíciles.
No fijar planes a largo plazo.
Tal vez no sepas lo quieres hacer por el resto de tu vida, pero sí puedes tener metas a corto y mediano plazo. Antes de gastar tu dinero en cosas que no son necesarias, define qué porcentaje de tu salario destinarás al cumplimiento de tu meta, siempre teniendo en mente que tu esfuerzo te llevará a donde quieres estar. Definir tus prioridades te ayudará a organizar de manera efectiva la manera en la que realizas tus gastos.
Información: CONDUSEF