Por: Antonio Martín del Campo. Chairman 02X México y Venture Studio
“El estrés no es una creación de nuestra propia voluntad; es parte del funcionamiento del cerebro. Al mejorar la resiliencia psicológica, también podemos mejorar nuestra resiliencia física para abordar lo que venga a continuación»
Amit Sood
Desde el inicio de la pandemia, según varias encuestas, casi la mitad de los empleados han reportado síntomas de agotamiento laboral. La OMS define el «agotamiento» como un síndrome resultante del estrés crónico, caracterizado por la falta de energía, sentimientos negativos en torno al trabajo, así como una eficacia reducida.
A medida que el mundo enfrenta la crisis por COVID-19, la respuesta psicológica a periodos prolongados de incertidumbre podría tener un impacto significativo en la recuperación.
En materia económica, los expertos coinciden que el próximo año tendremos un entorno de mucha volatilidad. El pronóstico de S&P para 2022 pronostica una reducción del crecimiento de las cinco principales economías latinoamericanas en aproximadamente medio punto porcentual, para situarse en 1.9% —una desaceleración pronunciada en comparación con el crecimiento esperado de 6.2% en 2021—.
La combinación de precios más altos en la energía, tipos de cambio más débiles y el impacto de las reaperturas en curso mantendrán la inflación por encima de los objetivos del Banco Central. Además, se han producido cuellos de botella en la cadena de suministro, que afectarán el crecimiento a corto plazo en países con grandes centros de fabricación (como México y Brasil).
Estos factores, aunados a una dinámica del mercado laboral aún débil, en medio de un ciclo electoral denso, aumentarán la demanda de medidas continuas de estímulos fiscales (algo que no se ha dado en México). En suma, podrían aumentar la presión al alza sobre las tasas de interés, para compensar las mayores primas de riesgo fiscal asociadas y así mantener la inversión.
Si esto es en Latinoamérica, The Conference Board pronostica que el crecimiento del PIB real en Estados Unidos cerrará en rangos del 6.5% (tasa anualizada) en el cuarto trimestre de 2021, frente al 2.1% de crecimiento en el tercer trimestre del mismo año.
De cara al futuro, pronostican que la economía norteamericana crecerá 3.5% en 2022 y 2.9% en 2023. Si bien es una mejora para el crecimiento en el cuarto trimestre de 2021, también implica una rebaja por impulso de crecimiento en 2022: un crecimiento hasta fin de año con nota alta que finalmente se desacelerará. Con estos vientos habrá que remar. En la arena de nuestras industrias lo que se ve en el horizonte son cinco grandes desafíos:
1 Cadena de suministro. Una vez más, tendremos que lidiar con muchos factores: disponibilidad de insumos, capacidad, transporte, mano de obra, medidas sanitarias, logística y desabasto.
La industria manufacturera está una vez más en el ojo del huracán. En temas de logística terrestre, la escasez de semiconductores aumentará y, con ello, vendrán más dolores de cabeza para los profesionales de la cadena de suministro.
Este problema no es nuevo, pero se ha acentuado durante la pandemia hasta convertirse en una crisis. A medida que la recuperación económica se ha puesto en marcha, las oportunidades en otras industrias han hecho que persista la escasez de semiconductores.
2 Operación de complejidad vs. Simplificación de operaciones. Las reglas del negocio están cambiando por ubicación (inclusive por estado); por ello, es fundamental que simplifiquemos nuestros modelos de operaciones. La complejidad amplía necesariamente el área de operaciones de la mayoría de las empresas, aumenta los costos e impacta fuertemente en la productividad.
Debemos crear más simplicidad en nuestro negocio y para nuestra gente. Necesitamos un plan para simplificar nuestras operaciones y bajar nuestros costos, inclusive si esto representa perder algunas posiciones en el mercado. La clave del 2022 será más que nunca la rentabilidad.
Comprender el verdadero costo de la complejidad nos permitirá eliminar aquella sin valor agregado, concentrarnos en optimizar el costo total entregado y crear modelos dinámicos de optimización.
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3 The Great Resignation: Talento, talento, talento. Los empleadores debemos tener cuidado. En EUA, 23% de los trabajadores planean dejar sus trabajos en los próximos doce meses.
The Great Resignation es un fenómeno que describe un número récord de personas que han decidido dejar sus trabajos tras la pandemia de COVID-19. Las empresas ahora tienen que navegar por los efectos dominó de la pandemia y reevaluar cómo retener el talento.
Una encuesta reciente realizada por el sitio web «Mejores universidades» muestra que la “gran renuncia» continuará durante todo el 2022 —tendencia que “Chartered Management Institute for Bloomberg News” y otras instituciones ya han confirmado—.
Más de un tercio de los encuestados dijeron que planean cambiar o, al menos, consideran cambiar de trabajo. A su vez, 69% de los que hicieron un cambio en 2021 pronostican hacer otro movimiento el próximo año. Más de una cuarta parte de los encuestados señala estar aprendiendo nuevas habilidades para conseguir un mejor trabajo.
La mentalidad tradicional de la semana laboral de 40 horas ya no ayuda, tampoco obligar a las personas a trabajar en la oficina al 100%.
4 Adelantarse a la crisis o quedarse atrás. La pandemia también modificó la demanda de los consumidores, ya que millones de trabajadores abandonaron los edificios comerciales para trabajar desde casa.
Los hábitos de compra de las personas han cambiado significativamente, lo que ha resultado en un mayor enfoque en el comercio electrónico. Agazapados en casa, los consumidores dirigen su atención al entorno inmediato.
5. Crecimiento vs inflación. Según un artículo reciente de una de las firmas que colaboran con 02X México, con la recuperación económica global en marcha, los precios de las materias primas presentan un fuerte aumento (ya que su demanda ha superado la oferta existente).
Además, los nuevos brotes y variantes de COVID han disuadido una relajación prolongada de las restricciones de movilidad; esto plantea desafíos para que las empresas operen normalmente, limita la producción y provoca escasez de bienes.
Estos factores, sumados a los exorbitantes costos en fletes, han provocado un repunte alarmante de la inflación. En México, la tasa interanual alcanzó 6.24% en octubre (la más alta desde diciembre de 2017) y ha mantenido una tendencia al alza desde entonces.
Según dicho artículo de Deloitte Insights, la recuperación económica ha perdido impulso ante la ausencia de un plan de estímulo lo suficientemente grande como para reactivar el crecimiento económico.
En este nuevo año, es probable que se mantenga el riesgo de tasas de interés más pronunciadas, así como una inflación más alta. Sin embargo, a la luz de las discusiones sobre la posible reordenación de las cadenas de suministro globales, ha surgido una oportunidad de nearshoring —con potencial de ayudar al país a revertir años de lento crecimiento en la inversión—.
2022 será un año de grandes retos, pero también de grandes oportunidades. La transformación se encuentra en casa, lo demás son factores a tomar en cuenta que, sin duda, favorecerán a quienes los entienda. El estrés no es un tema económico, es un tema de falta de estrategia y ejecución.