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2016 y los pronósticos

Hemos iniciado un año más, el cual parece estar plagado de problemas y retos.

Las presiones exteriores obligaron al Banco de México a intervenir en el mercado de divisas, lo que provocó una caída en las reservas internacionales de 30,000 millones de dólares. Y los pronósticos de mejora han decaído debido al decremento en los precios del petróleo: su último costo se fijó en 20.70 dólares por barril, aunque se considera que puede llegar a los 15 dólares.

Estos sucesos, sin duda, afectarán internamente al país. De hecho, en la actualidad ya podemos sentir sus consecuencias negativas: la caída de la bolsa de valores y la devaluación diaria del peso frente al dólar.

Sin embargo, entre estas problemáticas, nuestra nación aún cuenta con algunas fortalezas, las cuales debemos estimular para contener los efectos adversos. Por ejemplo, tendremos que ser precavidos con la inflación, cuyos niveles a la baja son históricos y están impulsando al mercado interno, aspecto muy importante porque brinda estabilidad a nuestros precios.

También, contamos con sectores que se han estimulado con la devaluación. Uno de ellos es la industria automotriz y de autopartes, la cual realiza exportaciones en grandes cantidades. Al tener como principal mercado a EUA, se perfila como pilar de nuestra economía en cuanto a la entrada de divisas y conservación de empleos.

Otros ramos que han sido beneficiados son el de servicios y turismo. Este último ha tenido un crecimiento sostenido, ha generado un importante número de puestos de trabajo y está impulsando a otros sectores, como el de negocios y el de intercambios (por ejemplo, el estudiantil).

El turismo (ambiental, cultural y de descanso) promociona la visita de millones de turistas a nuestras playas y otros destinos. Es importante destacar que a pesar de la violencia desatada en algunos estados, como Guerrero, los viajeros en el país no han disminuido. De hecho, en este año se espera la visita de 35 millones de ellos, un número récord.

Con este crecimiento, al cual se suma el sector de los servicios (principalmente hoteles, restaurantes y transportes turísticos), no cabe duda que la llamada industria sin chimeneas también se coloca como uno de los pilares de la economía interna.

En cuanto al sector inmobiliario, los bienes raíces y promoción de desarrollos industriales, comerciales y de vivienda viven un buen momento, pues los inversionistas están participando de forma muy dinámica.

Este 2016 parece que será difícil; sin embargo, debemos hacer frente al reto e incluso verlo como una oportunidad.

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