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12 lecciones que nos deja la pandemia

Por Xicoténcatl Morales Hurtado, CEO SELF México

Hay experiencias cruciales para los dueños de negocio que representan verdaderas encrucijadas. Unas de las más significativas son, sin duda, las crisis y los periodos conflictivos, como los que nos toca enfrentar hoy en día.

El efecto acumulado de la incertidumbre, los temores, problemas y compromisos por cumplir ha generado un desgaste en muchas firmas que puede hacer dudar de sus capacidades, incluso a los más experimentados en la iniciativa privada.

Es importante que distingamos una experiencia de una lección. Una experiencia es el resultado de una interpretación que hacemos con base en nuestra percepción empírica. Una lección, en cambio, es el aprendizaje logrado que envuelve nuestra perspectiva de la vida ayudándonos a tomar mejores y más claras decisiones.  

Empleadores, directivos y titulares de mipymes hoy se formulan preguntas muy sensibles como estas: ¿qué va a pasar con nosotros?, ¿cómo saldremos adelante?, ¿es este el fin de nuestra  compañía?, ¿existe una forma de recuperarnos?  

Las 12 lecciones

Ante la falta de certeza sobre quiénes o cómo están delineando el curso de las fuerzas productivas, económicas y laborales que fueron puestas en jaque por la eventual contingencia sanitaria, nos queda el recurso del aprendizaje profundo, la resignificación de nuestra realidad y la puesta en marcha de operaciones basadas en estas lecciones.

No hay manera de indagar en lo que nos depara el futuro inmediato, sino en acordar qué actitud tomaremos cuando se presente. Para ello hay que despertar a esta realidad con los ojos bien abiertos y entender las lecciones que nos deja la pandemia. Aquí el aspecto que hemos preparado de las que consideramos significativas:

1. La salud es el bien más importante (atiende primero tu persona y luego la productividad).

2. Decide empezar hoy, en vez de mañana, a hacer los cambios que te preparan para diseñar el futuro que deseas.

3. Encuentra en los retos y oportunidades razones para cambiar, pero no cierres los ojos a los problemas concretos (conservar el principio de realismo es crucial).

4. Hay una diferencia entre optimismo e ingenuidad, aprende a diferenciarla (sé positivo pero no incauto ante las amenazas).

5. No abandones a la primera, ni cedas tu seguridad ante un escenario desconcertante (descubre el éxito detrás de una dificultad).

6. Confía en el potencial de tu equipo; la mejor manera de hacerlo es capacitarlo y prepáralo para aceptar nuevas responsabilidades.    

7. Toma decisiones auténticas sin imitar a ciegas lo que otros están haciendo para salir adelante (si eres genuino y honesto hay más probabilidad de avanzar).

8. El contexto está lleno de peligros que no debes evitar sino enfrentar (hazlo echando mano de la misión que convierte a tu empresa en una organización sólida).

9. Aprende a pedir ayuda y acepta el consejo de quienes han adquirido experiencia en tu ramo (no siempre debes ser el más inteligente en tu propia opinión).

10. Valora el tiempo que pasas con tu familia considerándola como tu primera compañía (ningún éxito empresarial compensa un fracaso en el hogar).

11. Ten un plan B y un C para cada situación (la multitud de perspectivas ayuda a encontrar varias salidas en momentos difíciles).

12. Reconoce cuando es tiempo de renunciar y empezar de cero (no es cobardía abandonar un negocio que ya agotó su vida útil).

Ante los cambios urgentes que nos obligó a tomar la pandemia es necesario asumir decisiones asertivas con base no en promesas que pueden confundirnos o al equipo que lideramos, sino en procesos bien planeados y profundas transformaciones que nos permitan ejercer influencia allí donde nuestra empresa requiere mayor soporte.

En particular, es necesario que los líderes empresariales tengan presenten las lecciones que deja esta pandemia despojándose de toda clase de pensamiento sofocante, suposición o culpabilidad. La temporada dicta que debemos provocar cambios, ajustarnos a nuevas dinámicas y redireccionar -si es necesario- el panorama completo de nuestras unidades de negocio.

Para muchas personas este puede ser sólo un tropiezo en una trayectoria que adquirió un matiz inquietante, para otras es el momento de cambiar de giro o manejar los asuntos de la empresa desde otra perspectiva y enfoque.

Los esquemas de negocios admiten y a veces demandan que las crisis o depresiones económicas tengan lugar para sacar a la luz lo mejor de nuestros equipos corporativos, esquemas de productividad, procesos y estrategias de mercado. Así que es importante recordarnos el papel crucial que nos toca desempeñar hoy ocupándonos en diseñar soluciones a la altura de las circunstancias.

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